Comunicar un diagnóstico médico complejo puede ser uno de los retos más sensibles y delicados para los profesionales de la salud, especialmente cuando se trata de niños. Es crucial ofrecer información clara, honesta y adaptada a su nivel de comprensión, al tiempo que se brinda apoyo emocional tanto a los pequeños como a sus familias. A continuación, te presentamos algunas estrategias clave para manejar estas situaciones de manera efectiva.
1. Adapta el lenguaje según la edad
El primer paso es ajustar la conversación según la edad y el nivel de comprensión del niño. Para los más pequeños, utiliza palabras simples, metáforas o ejemplos visuales. Por ejemplo, puedes explicar una enfermedad como algo que hace que ciertas partes del cuerpo “se cansen” o “no funcionen como deberían”. Para adolescentes, es posible ofrecer explicaciones más técnicas, pero siempre comprobando que entienden lo que se les dice.
2. Habla con sinceridad y empatía sobre los diagnósticos
Es importante ser honesto, pero también medir cuidadosamente la cantidad de información que se comparte. Los niños suelen percibir cuando algo anda mal, por lo que omitir información relevante puede generarles mayor ansiedad. Hablar con empatía, validando sus sentimientos y temores, ayuda a crear un ambiente de confianza. Frases como “es normal sentirse asustado o confundido” pueden aliviar tensiones.
3. Involucra a las familias como aliadas
Las familias son una pieza clave en el proceso de comunicación. Antes de hablar con el niño, reúnase con los padres o cuidadores para explicarles el diagnóstico y responder sus preguntas. Esto les permitirá procesar la información y prepararse para apoyar al niño. Es ideal que ellos participen en la conversación principal, para que se sientan parte del proceso y puedan reforzar lo que se explique.
4. Usa recursos visuales y herramientas de apoyo
Las imágenes, diagramas o incluso aplicaciones educativas pueden ser útiles para hacer más comprensibles diagnósticos complejos. Un dibujo del cuerpo humano que muestre cómo funciona un órgano afectado, por ejemplo, puede ser esclarecedor.
5. Ofrece esperanza y un plan claro a la hora de ofrecer diagnósticos
Siempre que sea posible, acompaña la explicación del diagnóstico con un plan de acción. Hablar sobre tratamientos, terapias o pasos a seguir puede reducir la sensación de incertidumbre tanto en los niños como en sus familias.
Explicar diagnósticos complejos es un acto de cuidado que va más allá de las palabras. Con sensibilidad, claridad y apoyo, es posible darles a los niños y sus familias las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos con fortaleza y optimismo.