Estar al frente de un consultorio médico no es una labor sencilla, pues no sólo eres responsable de atender la salud de los pacientes que acuden a tu espacio laboral sino que además eres el encargado y ejemplo a seguir para todo tu equipo de trabajo, de tal modo es tu obligación fomentar las relaciones sanas y profesionales entre todos los integrantes.
En ese sentido, es natural que entre algunos de tus colaboradores existan diferencias de pensamiento o en torno a la forma de querer resolver un problema; no obstante, algo que debes de tener presente es jamás dejar que este tipo de inconvenientes interfieran entre las relaciones laborales o generen rivalidades innecesarias.
Para lograrlo, lo primero es siempre escuchar todos los puntos de vista para que ningún colaborador se sienta excluido o piense que sus opiniones no tienen importancia. Posteriormente, procura tener pláticas individuales en las que les expreses tu confianza y les hagas ver los aspectos en los que no estás de acuerdo con ellos, pero siempre con total respeto.
En el caso de que la diferencia sea demasiado marcado entre algunos de los colaboradores, intenta tener una conversación en la que estén presentes las personas en conflicto e intenta alcanzar un acuerdo justo que no afecte a ninguna de las partes involucradas. Es importante que les hagas ver que la diferencia presentada no debe ser motivo para discusiones futuras.
Finalmente, debes de asegurarte que el conflicto se resuelva completamente y ninguno de tus colaboradores guarde resentimientos porque eso puede afectar su rendimiento, lo cual es notorio para los pacientes e inclusive los puede alejar de ti.