Científicos de la facultad de medicina de la Universidad de Valladolid, el Hospital Clínico Universitario y la Universidad de las Artes de Londres, revelaron, por primera vez, algunos de los métodos y materiales empleados en esculturas hiperrealistas de los siglos XIX y XX para enseñar anatomía a los estudiantes de Medicina.
En otras épocas, cuando la donación de cadáveres a las facultades de medicina era casi nula y las técnicas de conservación aún no estaban tan desarrolladas, los catedráticos tenían que recurrir a esculturas hiperrealistas hechas principalmente de cera para que los estudiantes conocieran más detalladamente el organismo humano.
A partir de una técnica denominada ceroplástica, cuyos orígenes se remontan a la Italia del siglo XV, los artesanos pudieron construir modelos anatómicos tanto de personas como de animales y plantas, no obstante, el apogeo de dicha técnica llegó hasta mediados del siglo XIX, donde París, Francia, fue el centro de la fabricación.
Cada escultor tenía sus propias técnicas para elaborar esculturas hiperrealistas, pero ya que los modelos (cadáveres, por supuesto) se descomponían rápidamente, debían trabajar con rapidez, haciendo moldes y aplicando cera.
Actualmente, el Museo Anatómico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid (UVA) cuenta con la colección más amplia de España de piezas elaboradas en el taller parisino Vasseur-Tramond, las cuales tienen un valor incalculable, tanto artístico como histórico, no obstante, en Colombia, por ejemplo, la Universidad Nacional resguarda la única colección ceroplástica dermatológica hecha en escala natural, mientras que en el resto del mundo se fabricaban al 75 por ciento.
Imagen: Luis Conde-Salazar Gómez, et. al., Scielo.isciii.es