Durante los meses de marzo y abril, Ecuador fue el epicentro de la pandemia por COVID-19 en Latinoamérica, con el número más alto de contagiados de la región. Por lo tanto, no es de extrañar que sea uno de los primeros países latinoamericanos, junto con Chile en aprobar el uso de la vacuna de Pfizer/BioNTech contra el COVID-19.
Las medidas de confinamiento tomadas por el Gobierno Nacional, han logrado mantener controlado el número de casos, que hasta el día de hoy suma 204 mil contagiados y casi 14 mil muertos. Según estimaciones de las autoridades sanitarias, 1 de cada 3 ecuatorianos ha contraído la enfermedad aunque la tasa de recuperación ronda el 90%.
Por ello, tras recibir la autorización de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA) para la aplicación de la vacuna, el Ministerio de Salud Pública inició los preparativos para el arribo de las primeras dosis en enero del 2021. Comenzando con la preservación de la cadena de frío y los detalles de logística en cuanto al almacenamiento y la distribución de las vacunas.
La aplicación masiva de las vacunas se llevará a cabo en 4 fases, según lo informado en conferencia de prensa por el Ministro de Salud Juan Carlos Zeballos. La fase cero o plan piloto, estará destinada a reducir la propagación del virus entre 50.000 trabajadores del personal de salud que se encuentra en la primera línea de defensa, además de trabajadores y adultos mayores residentes en centros geriátricos.
Posteriormente, se daría inicio a la fase uno, con el lote de vacunas que arribe en el mes de marzo. En esta fase se espera vacunar masivamente al resto del personal de salud, bomberos, fuerzas del orden público y otros grupos vulnerables.
Se espera que el resto de la población, mayor de 18 años, sea vacunada en las fases dos y tres, dependiendo del suministro de vacunas que se reciba en lo que resta del año. La meta es vacunar a 9 millones de ecuatorianos, es decir, el 60% de la población antes de finalizar el 2021.
Sin embargo, no todas las personas recibirán la vacunación. Dadas las reacciones adversas observadas en los países en los cuales se ha aplicado, las personas contagiadas con coronavirus, pacientes inmunodeprimidos, personas con trastornos de coagulación, mujeres embarazadas, pacientes oncológicos y personas que tengan reacciones alérgicas severas no son candidatas para recibir la vacuna.
La vacuna será distribuida, en primera instancia, a hospitales centinela en donde se concentran las poblaciones de mayor riesgo. Para lo cual, se requiere una coalición entre los sectores público y privado, con la participación de los sectores productivos, científicos, académicos, transporte, entre otros.
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