Aunque parece que debería ser algo natural y son dos entidades que se deberían llevar bien y tener una comunicación fluida, la relación entre el médico y la farmacia es muy pobre en general y, normalmente, se hace a través de los pacientes, lo que dificulta mucho que esa relación pueda ser tan beneficiosa para todas las partes: primero para el paciente y, en segundo lugar, para los profesionales.
Pero, ¿cuáles son las ventajas que puede tener una buena relación entre médicos y farmacéuticos que se encuentren ubicados en el mismo barrio? Pues, básicamente, cuando el profesional médico está metido en su consulta desconoce lo que está pasando de puertas para fuera (sobre todo en las grandes ciudades). Entonces, acercarte a una farmacia te permitirá poder conocer el día a día del paciente desde otra perspectiva. Asimismo, tener alianzas con las farmacas te permitirá que te puedan recomendar.
Hay que hacer hincapié en el componente emocional
Es decir, el farmacéutico te conocerá y es por eso por lo que se puede hacer hincapié en el componente emocional ya que es fundamental e importante en todo el ámbito sanitario y los pacientes van a un paciente en el que se confía y es por eso por lo que esta relación también aporta una mayor visibilidad y un mayor prestigio como profesional.
Así que, ¿cómo se podría fomentar la buena relación entre médicos y farmacéuticos? Por ejemplo, como médico, podrías ir a la farmacia a dar alguna charla sobre la campaña sanitaria que esté activa. También se pueden hacer acciones conjuntas en centros sociosanitarios o culturales del barrio y también se pueden realizar estudios que después se pueden presentar a publicaciones científicas.
Se debe dirigir hacia un nuevo modelo de integración y comunicación activa
Lo que queda claro es que la farmacia comunitaria ha de transformar el modelo relacional médico-farmacéutico comunitario hacia un nuevo modelo de integración y comunicación activa y fluida que permita resolver con eficiencia los problemas relacionados con el uso y los resultados de los medicamentos en los pacientes, así como las situaciones relacionadas con su salud.
Parece que está claro que, desde el año 1241, cuando se produce la separación formal de la Farmacia y la Medicina en el reino de las Dos Sicilias, por una pragmática de Federico II, esta inexistente relación entre los profesionales médicos y la farmacia es una realidad y es algo que se debería erradicar.