Calmar el llanto de un recién nacido puede ser desafiante para los padres, especialmente cuando están aprendiendo a conocer las necesidades de su pequeño. El llanto es la principal forma de comunicación de un bebé y puede deberse a una variedad de razones, desde el hambre hasta la incomodidad o el deseo de consuelo. Aquí hay algunos consejos útiles para calmar el llanto de un bebé recién nacido:
Alimentar al bebé porque el llanto puede ser por hambre
El hambre es una de las razones más comunes por las que un bebé llora. Asegúrate de alimentar al bebé con frecuencia y estar atento a las señales de hambre, como chuparse los dedos o buscar el pecho.
Cambiar el pañal
Un pañal sucio o mojado puede hacer que un bebé se sienta incómodo y llore. Asegúrate de cambiar el pañal del bebé con regularidad y mantenerlo limpio y seco.
Ofrecer consuelo en momento de llanto
A veces, todo lo que un bebé necesita es un poco de consuelo y contacto físico. Sostén al bebé en tus brazos, acúnalo suavemente o háblale en voz baja para tranquilizarlo.
Crear un ambiente tranquilo
Los bebés son sensibles al entorno que los rodea. Crea un ambiente tranquilo y relajado para el bebé, evitando ruidos fuertes o luces brillantes.
Probar la técnica de envolver para calmar el llanto
Envolver al bebé en una manta o pañal grande puede proporcionarle una sensación de seguridad y comodidad similar a la que experimentaba en el útero materno.
Utilizar el sonido blanco calma el llanto
El sonido blanco, como el ruido de un ventilador, la lluvia o el ruido de fondo suave, puede ayudar a calmar al bebé y bloquear otros sonidos que puedan ser molestos.
Usar un chupete
Algunos bebés encuentran consuelo en chupar un chupete. Ofrecer un chupete al bebé puede ayudar a calmarlo y satisfacer su necesidad de succión.
Controlar el nivel de estímulo
Demasiado estímulo puede abrumar a un bebé y provocar llanto. Mantén el nivel de estímulo bajo y evita demasiadas actividades o interacciones estimulantes.
Buscar señales de malestar
Si el llanto del bebé persiste y no puedes identificar la causa, busca signos de malestar, como fiebre, erupción cutánea o dificultad para respirar, y consulta a un médico si es necesario.
Recuerda que cada bebé es único y lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Experimenta con diferentes técnicas y encuentra lo que mejor funciona para calmar a tu bebé. También es importante recordar que está bien sentirse abrumado o frustrado en ocasiones, y buscar apoyo de familiares, amigos o profesionales de la salud si es necesario.