Un equipo multidisciplinario de científicos e investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (SU), en los Estados Unidos, realizaron un trabajo de investigación que identificó que el uso moderado de transfusiones sanguíneas provenientes de pacientes jóvenes dirigidas a personas diagnosticadas con Alzheimer podría resultar en una opción que beneficiaría el tratamiento clínico de la enfermedad neurológica.
Con esto en mente y conforme a la redacción de un artículo publicado por el periódico The Guardian, la información fue revelada durante las actividades del Clinical Trials on Alzheimer’s Disease, un ciclo de conferencias celebrado en la ciudad de Boston, Massachusetts, en la costa este de los Estados Unidos.
Sobre el trabajo de investigación, la Dra. Carol Routledge, médico especialista y directora de investigación de Alzheimer’s Research UK, detalló que el ensayo clínico se valió de 18 voluntarios de entre 18 y 30 años de edad diagnosticados con la enfermedad neurológica que fueron sometidos a un tratamiento con dichas transfusiones de sangre y placebo por un periodo de cuatro semanas. Luego de esa operación, los sujetos fueron puestos en un espacio de “purificación” para verificar los resultados por seis semanas.
La investigación apunta a posibles signos de mejoría, pero necesitamos ver estudios mucho más amplios antes de poder decir si este enfoque podría ayudar a mejorar las vidas de las personas que viven con Alzheimer […] la enfermedad neurológica es la causa más común de demencia, afecta a medio millón de personas en el Reino Unido, y necesitamos urgentemente tratamientos capaces de detener la enfermedad en sus pistas.
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