El modelo de tercerización, busca apoyo en otras empresas para fortalecer la estructura administrativa, logística y operativa del sector salud. De tal forma que, se puede contratar plataformas de recepción digital, softwares predictivos, gestión de cuentas y auditoria médica en forma externa, buscando la satisfacción del usuario y la optimización de los procesos.
Delegar ayuda a enfocarse en los objetivos
Contratar terceros para llegar a cumplir con agilidad y efectividad los objetivos principales de cuidar y salvar vidas, puede ser benéfico. Sin embargo, existen muchos contradictores, que sugieren que se pierde el control de los procesos, al igual que la comunicación directa y puede ser una amenaza para la confidencialidad de la profesión (Cobo, 2017)
En México, los datos estadísticos revelan el aumento acelerado de la contratación a través del modelo de outsourcing o tercerización, especialmente en el sector sanitario. Pero, es visto por los ojos del gobierno nacional como una práctica que vulnera los derechos de los trabajadores, la estabilidad y calidad de vida, por tanto, busca erradicarlo. (infobae, 2020)
En teoría, existen algunas ventajas de adaptar esta táctica empresarial, porque lleva a descentralizar algunas funciones anexas como la seguridad, vigilancia, aseo, gestión de cobros y auditorias. Buscando mejorar los servicios de apoyo y la capacidad de focalización en la actividad misional de la institución.
Además, encomendando parte de los procesos, especialmente administrativos, a otras empresas expertas, se pretende reducir costos, profesionalizar los procesos y crear una estructura sencilla. Donde, la carga laboral sea menor y la optimización de los servicios sea superior.
No obstante, la poca regulación y la falta de un enfoque proteccionista con el trabajador favorece los problemas laborales, jurídicos y tributarios del sector. Así mismo las compañías que tercian los módulos de diagnóstico, laboratorio, pruebas clínicas, enfermería y especializaciones, pueden llegar a dilatar y entorpecer los tratamientos. Poniendo en riesgo la salud de los usuarios y convirtiéndose en un verdadero dolor de cabeza para las prestadoras de servicios sanitarios.
Por lo pronto, se puede decir que en las actividades secundarias que no impliquen riesgos para el buen funcionamiento de la institución este sistema de contratación, puede ser viable. Pero, para actividades centrales y especializadas, se debe aplicar por motivos estratégicos, después de hacer un estudio de factibilidad minucioso, que favorezca la calidad del servicio y las buenas prácticas médicas.
El sector salud, pretende con la subcontratación de muchos de sus servicios aumentar la eficiencia, mejorar la gestión de costos, automatizar procesos, trasferir a las empresas de outsourcing algunos riesgos y, sobre todo, aprovechar los recursos humanos internos para lograr otros propósitos. En, pero, los contratos irregulares, la falta de políticas públicas y la deficiencia en estatutos y leyes que apliquen control, le otorga debilidad y duda al prospecto.
La tercerización afecta el sector salud, descentralizando la fuerza productiva y la fragmentación de los trabajadores. Pero, también contribuye con la estructura institucional fortaleciendo algunos de los procesos y en muchos casos otorgarle más posibilidades a los usuarios, siempre y cuando se llegue a una sinergia institucional que enlace los módulos operativos y de servicio, a favor del paciente.