La cuarentena obligatoria impuesta por la virulencia de la Covid-19, ha impactado significativamente la calidad de vida de la población mundial. Entre ellos, los más afectados son las personas con algún tipo de discapacidad física o mental, quienes constituyen el grupo más vulnerable.
Ecuador, es especialmente sensible a esta situación, pues el síndrome de Down ocurre en 1 de cada 550 nacidos vivos. Lo que supera el promedio mundial, de 1 por cada 700; según afirma el genetista Milton Jijón.
Para estos niños y para sus padres, llevar el confinamiento se ha hecho una ardua labor; pues no son capaces de comprender la necesidad del distanciamiento social o no pueden adaptarse al confinamiento.
Esto debido a que los niños con síndrome de Down requieren el contacto físico con sus familiares y amigos cercanos, para mantener un adecuado nivel emocional. En estos niños, el contacto físico y las actividades lúdicas son especialmente importantes para estar equilibrados emocional y mentalmente.
Y esto les fue arrebatado de una manera tan drástica, que muchos no son capaces de procesarlo. Lo que supone un reto titánico para los padres que, además, deben lidiar con el trabajo y las labores domésticas.
Con las medidas de flexibilización, la posibilidad de dar paseos cotidianos y la apertura de algunos lugares de esparcimiento ha permitido que muchos niños se despejen y disminuyan los niveles de estrés y ansiedad en el entorno familiar.
Sin embargo, con el descubrimiento de nuevas cepas y el recrudecimiento de las medidas de aislamiento, es probable que estos niños retornen a una situación emocional vulnerable. Por ello, los profesionales de la salud mental recomiendan instaurar una serie de actividades que puedan proporcionarle al niño un ambiente emocional adecuado.
¿Cómo sobrellevar la cuarentena?
Dado que el síndrome de Down es un trastorno que implica grados variables de discapacidad intelectual, no siempre será posible que el niño comprenda la magnitud de la crisis o la necesidad del aislamiento.
Aún así, es preciso tratar de darles una explicación que ellos puedan entender, sin alimentar sus temores ya que eso solo generará más tensión. Se debe dar reforzamientos positivos, en los que se destaque su valor en el cuidado de los abuelos, de sí mismo y del resto de la familia, por quedarse en casa.
Delegar responsabilidades sencillas que deban cumplir diariamente, como dar comida a las mascotas, regar las plantas o barrer la casa, ayudará a darles una nueva estructura y a establecer una rutina.
Realizar actividades físicas en las que todo el grupo familiar participe de forma amena, como bailoterapia, videojuegos de tenis o boxeo, relajación o yoga, le aportarán muchos beneficios mentales y también físicos, a ellos y a toda la familia.
También, se puede colocar una mesa de trabajo, en la cual el niño se sienta libre de dar rienda suelta a su creatividad sin temor a ensuciar o romper algo, lo que contribuirá al desarrollo de sus habilidades motrices y le servirá como distracción. Además es importante, establecer rutinas de higiene, comidas y descanso; ya que el niño no debe percibir que está de vacaciones.
- Material dirigido solo a profesionales de la Salud.
- Información realizada para profesionales de la salud en territorio ecuatoriano.
- Todo lo publicado en la plataforma es una recomendación, mas no una prescripción o indicación médica.