En México, las jornadas laborales son interminables y la alimentación no es nada saludable, además no se práctica mucho ejercicio físico y, para rematar todo, se duerme mal. Esto afecta a nuestra salud física, aumentando el riesgo de padecer algunas enfermedades (hipertensión, diabetes u obesidad) y también podría dañar a la salud mental.
La relación entre el sueño y la salud mental es una realidad bidireccional: dormir mal puede acarrear problemas de salud mental y tener problemas de salud mental puede afectar al sueño. A continuación te vamos a ofrecer algunos puntos clave de esta relación.
Dormir poco afecta en la regulación de las emociones
Son numerosos los especialistas que consideran que la calidad del sueño afecta, de forma directa, a las personas en su capacidad para regular las emociones y afecta las habilidades cognitivas como atención, memoria y aprendizaje. Es aún más preocupante que los expertos señalan que dormir poco puede incrementar el riesgo de padecer problemas de salud mental o empeorarlos.
Eso es debido a que, durante el sueño, el cerebro realiza diferentes procesos, entre los que se encuentran el procesamiento de la información de las emociones y cuando se duerme poco o mal, se cree que la consolidación de las emociones positivas se ve afectada.
Los problemas de salud mental ocasionan mal sueño
Según la Mental Health Foundation de Reino Unido, los trastornos de salud mental afectan al hábito de sueño. Por ejemplo, la ansiedad hace que pensamientos intrusivos y acelerados afecten el sueño. En cambio, la depresión ocasiona insomnio o exceso de sueño.
Por su parte, el Trastorno por Estrés Postraumático genera pesadillas y la bipolaridad causa episodios de manía que hacen que las personas se sientan con más energía y no puedan dormir. También hay estudios que determinan que la esquizofrenia ocasiona insomnio y los trastornos por déficit de atención e hiperactividad hacen que las personas se despierten frecuentemente y tengan exceso de sueño durante el día.