Gracias a los distintos avances tecnológicos, cada vez existen más objetos y dispositivos diseñados para facilitar las labores cotidianas; sin embargo, no todo resulta positivo porque la saturación de tecnología también resulta nociva para la salud de distintas formas y lo más grave es que se teme que durante los próximos años la situación se complique todavía más.
Al respecto, diversos especialistas coinciden en que el aumento en los niveles de estrés está relacionado con la dependencia tecnológica que cada vez es más evidente entre la población. En ese sentido, el principal ejemplo es el uso de teléfonos celulares, objetos que son causante de una nueva clase de adicción y ante su ausencia, los usuarios sufren severos problemas mentales.
De igual forma, los dispositivos móviles también afectan a la salud física porque cuando se abusa en su uso se incrementan las probabilidades de desarrollar algún tipo de error refractivo como miopía, hiperopía, astigmatismo o presbicia. No se trata de una situación menor porque se estima que para el año 2025 el 70 por ciento de la población joven del mundo padecerá de miopía por el uso constante de esta clase de equipos.
Finalmente, también se piensa que los altos niveles de obesidad tienen relación con el uso constante de la tecnología. Lo anterior se explica porque cada vez existen más aplicaciones móviles que fomentan el sedentarismo al ofrecer servicios directamente hasta el lugar en el que se encuentre el usuario.
Si bien, no se puede negar que la tecnología ofrece diversas ventajas y es bastante útil, el problema es cuando se abusa de ella hasta caer en niveles de dependencia.