Una de las partes más importantes de la práctica médica es el análisis e investigación de agentes infecciosos. Esta labor puede ser complicada, ya que los especialistas pueden ponerse en severo riesgo de contraer un patógeno y, sin los cuidados adecuados, ocasionar un brote accidental en una población vulnerable. Para estas tareas delicadas, existen el laboratorio de alta seguridad.
Recientemente abrió sus puertas un nuevo laboratorio de alta seguridad de nivel 4 en la ciudad de Berlín, Alemania. Las instalaciones poseen el más alto grado de protección posible; ya que fueron diseñadas para la investigación de patógenos altamente peligrosos, potencialmente mortales y con un alto índice de infección.
Este laboratorio de alta seguridad fue abierto dentro de las instalaciones del Instituto Robert Koch desde 2015, pero hasta ahora operaba bajo una fase de prueba. De acuerdo con Lothar Wieler, presidente de la organización anfitriona, este complejo cuenta con un espacio de 330 metros cuadrados, por lo que es el más grande de Alemania.
Igualmente, las operaciones en el laboratorio de alta seguridad pueden continuar durante las 24 horas del día, una característica única en el país. Wieler afirmó que se cuenta con dos zonas de investigación idénticas en las instalaciones, por lo que si una se desconecta, la otra puede permanecer trabajando.
Se espera que el laboratorio de alta seguridad capitalino reciba en los próximos días una muestra del virus del Ébola para comenzar labores de investigación. Otros patógenos que el complejo podría examinar con sus altos estándares de protección son el virus de Marburgo, el Lassa virus, el virus Napah y la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo.
Entre las medidas de protección con las que cuenta el laboratorio de alta seguridad, se cuenta un ambiente de baja presión que evitaría la transmisión de cualquier virus en caso de emergencia. Asimismo, los empleados deben someterse a un riguroso proceso de control, así como portar un uniforme de cuerpo entero, tres pares de guantes, un overol de protección de 10 kilogramos y botas de goma para acceder a las instalaciones.
Este no es el único laboratorio de alta seguridad en Alemania. Existen dos complejos similares en funcionamiento en Hamburgo y Marburgo, así como instalaciones de nivel 4 especializadas en medicina veterinaria en la isla de Riems, en el mar Báltico.