El escándalo suscitado tras la compra de Representaciones e Investigaciones Médicas S. A. (Rimsa) por parte de la multinacional Teva Pharmaceutical Industries al descubrir que la mexicana manipulaba sus registros de medicinas, trajo consigo demandas en la corte de Nueva York, en Estados Unidos (jurisdicción a la que se sujetó el contrato de compra del laboratorio), además de la obligada actuación de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), la cual adelantó que tendría su dictamen final hasta 2017.
Aunque Teva asumió la dirección de Rimsa a principios de marzo pasado, fue a finales de abril que se descubrió la falsificación de documentos con la formulación de productos para obtener autorizaciones de Cofepris.
Una auditoría que la Comisión preparaba coincidió con el reporte de engaño emitido por la líder en el mercado de genéricos, de modo que la primera visita a la planta de Rimsa en Guadalajara se realizó el 22 de junio.
Cofepris analizó una muestra de 124 medicamentos y, tras encontrar irregularidades, aseguró inventarios y cerró la planta el 14 de septiembre.
Hasta ahora, la Comisión ha requisado la base de datos de Rimsa y sus equipos de cómputo para corroborar las denuncias de la farmacéutica israelí.
Dado que Cofepris prefiere mantenerse al margen de las disputas en los juzgados, aseguró que se apegará a la evidencia que arrojen las pruebas de laboratorio, sin embargo, esto llevará tiempo, de modo que espera tener su dictamen listo a principios de 2017.