Después de detectar la presencia del Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) en un paciente, el Departamento de Salud de Nuevo México sugirió a todos los clientes de un spa VIP en Albuquerque que hubieran recibido un facial vampiro o cualquier otro procedimiento con agujas realizarse pruebas para desechar una infección accidental.
Lynn Gallagher, secretaria del gabinete del Departamento, afirmó en un anuncio que todos los clientes del spa deberían acudir a las oficinas de su dependencia para descartar infecciones accidentales de VIH o Hepatitis B y C. Afirmó que el riesgo de contagio es mayor para los usuarios que se sometieron a un facial vampiro entre mayo y junio de este año.
El procedimiento de los faciales vampiros consiste en extraer sangre del mismo paciente, que posteriormente se somete a una centrifugación. Esta operación permite que se extraiga el plasma con todos los nutrientes y proteínas que podrían estimular el crecimiento de piel y colágeno nuevos. Posteriormente, la sustancia se unta en el rostro de las personas y vuelve a ser inyectada mediante puncturaciones con agujas delgadas.
Se sospecha que el spa VIP no siguió correctamente los protocolos sanitarios para desechar o esterilizar las agujas y equipo para el procedimiento, lo que ocasionó las infecciones por VIH. El Departamento de Salud de Nuevo México, emitió una orden de cese de operaciones al local, que cerró sus puertas en cuanto recibió la recomendación de la dependencia.
Kenneth Mark, profesor asistente de la Universidad de Nueva York, comentó a CNN que, con lineamientos sanitarios adecuados, no debería ser posible la transmisión de VIH o ninguna otra infección sanguínea. Aseguró que, mientras no se utilice el mismo equipo para procedimientos de diferentes clientes, no tendría por qué ocurrir ningún incidente de este tipo.
Entre las precauciones que deberían tomar los establecimientos que ofrecen los faciales vampiros para evitar infecciones de VIH o virus similares está el uso de jeringas y agujas nuevas para cada procedimiento, así como el correcto lavado de las manos, el uso de máscaras y la eliminación correcta de residuos potencialmente tóxicos. Estos tratamientos estéticos requieren de una certificación especializada en los Estados Unidos.