De acuerdo con una investigación, la participación de un cirujano en entrenamiento en una operación no aumentaría significativamente el riesgo del paciente de padecer complicaciones graves; sin embargo, el contar con la participación de residentes en el quirófano sí podría incrementar la duración del procedimiento.
Un equipo de investigadores de la Clínica Cleveland, en Ohio, Estados Unidos, revisó información de más de 60 mil cirugías realizadas en ese país entre el 2005 y el 2007. Hallaron que cuando un residente se integraba al equipo de cirujanos, menos del 6 por ciento de los pacientes padecía una complicación grave, como una hemorragia, o una infección posquirúrgica, como neumonía.
Y lo mismo pasó cuando el equipo de cirujanos no incluía a un médico residente.
Esto demuestra la seguridad de la participación de los residentes”, comentó el cirujano colorrectal, Ravi Kiran, autor principal del estudio.
Sin embargo, el estudio publicado en Annals of Surgery, determinó que la participación de un residente sí incrementa un poco más la posibilidad de que los pacientes tengan complicaciones menores, como infecciones cutáneas del sitio quirúrgico.
Al respecto, Kiran mencionó que “la diferencia fue pequeña y no sería clínicamente significativa (un 3 frente a un 2,2% sin la participación del residente).
El experto dijo desconocer la causa de esa diferencia, pero destacó que las cirugías con participación de los residentes solían durar un poco más que cuando no participaban estudiantes (122 contra 97 minutos respectivamente).
Aun así, aconsejó Kiran, los pacientes que se vayan a operar deben buscar un cirujano con experiencia en el procedimiento que necesitan. Varios estudios habían determinado que esa experiencia es clave para los resultados quirúrgicos y que los pacientes de hospitales muy concurridos suelen tener una mejor evolución que aquellos atendidos en hospitales pequeños.