La obesidad es considerada por muchos como una verdadera epidemia del siglo XXI. El exceso de peso es causante de enfermedades como diabetes mellitus tipo 2 y problemas cardiovasculares. También se sabe que las personas con obesidad son más propensas a desarrollar algún tipo de cáncer. El manejo de pacientes con obesidad mórbida llega a ser complejo y desgastante pata médicos y pacientes. Uno de los métodos más definitivos usados para atender esta condición es la cirugía bariátrica.
El objetivo principal de este tipo de tratamiento es mejorar el metabolismo del paciente, provocando consecuentemente la reducción del peso corporal y así el control definitivo de las cifras de tensión arterial y glucosa en sangre. Estos cambios sin duda mejoran la calidad de vida de los pacientes.
Debido al constante incremento en los índices de obesidad en el mundo, el número de operaciones bariátricas ha aumentado exponencialmente. Sin embargo, los procedimientos bariátricos no son efectivos de la misma manera en todos los casos, y tampoco están libres de efectos secundarios no deseados en el largo plazo.
Los procedimientos bariátricos en general pueden ser divididos en dos categorías: los procedimientos restrictivos, y los malabsorptivos. Los primeros actúan reduciendo la capacidad gástrica, mientras que los segundos están dirigidos a limitar la absorción intestinal de los nutrtientes que comemos. Existen también combinaciones de ambos tipos de procedimientos, como el bypass gástrico en Y de Roux, que consiste en reducir la capacidad total del estómago, al mismo tiempo que se limita la cantidad de intestino delgado que participa en la absorción de los alimentos. Los procedimientos como la banda gástrica y la manga gástrica, están diseñados para reducir el tamaño del reservorio gástrico, para así limitar la cantidad de comida que el paciente puede ingerir.
Como cualquier otro tipo de cirugía gastrointestinal, estos procedimientos no están libres de complicaciones quirúrgicas a corto y largo plazo. Entre ellas podemos mencionar fístulas y estenosis, hernias de pared abdominal, hernias internas, sangrados, erosión y perforación gástrica, úlceras marginales de las anastomosis, etc. También pueden causar en los pacientes deshidratación, deficiencias vitamínicas y síndrome de dumping, reflujo biliar, así como la aparición de trombosis venosa profunda (TVP), y tromboembolismo pulmonar (TEP).
Es por esto que es sumamente importante para todos los cirujanos que realizan este tipo de intervenciones contar con el entrenamiento y la certificación necesarias para llevarlas a cabo en forma segura. La especialización de los cirujanos al igual que la estandarización de procedimientos quirúrgicos, es fundamental para que esta modalidad de tratamiento de la obesidad produzca el bienestar y seguridad de los pacientes. Esto implica una formación rigurosa en la subespecialidad y la práctica de protocolos estrictos. Por otra parte, no cabe duda de que el dominio de procedimientos de cirugía de mínima invasión en este campo es clave para producir los mejores resultados y disminuir las complicaciones.