En términos generales, se entiende como coaching a una técnica de desarrollo de talento donde algún líder toma a una persona con menos conocimiento y experiencia en un tema determinado y empieza a entrenarlo y asesorarlo para aumentar el nivel de sus habilidades. Este tipo de esquemas son muy populares internacionalmente y tú también puedes aplicarlas en tu consultorio.
Sin embargo, existen muchos estilos de coaching, cada uno con un objetivo y estilo muy distinto. Dependiendo de la persona a la que desees asesorar, tu propia personalidad y cuál es el rol que desempeñará tu pupilo en el negocio, será el método más eficaz para impartir el conocimiento. A continuación, te presentamos cinco de los esquemas de entrenamiento más populares:
Coaching autocrático
- Este es el tipo de coaching que más se acerca al entrenamiento regular. Aquí, el líder se dirige directamente a las personas y les dice claramente qué deben de hacer. Este estilo es perfecto para fomentar disciplina, respeto por la autoridad y altos niveles de organización.
Coaching democrático
- Aquí, la persona que recibe el entrenamiento tiene un rol mucho más activo en el proceso. Tú debes plantear los objetivos generales del ejercicio, pero al mismo tiempo dejar que tu colaborador tome la batuta, proponga soluciones y tenga una experiencia de casi auto-aprendizaje.
Coaching 3D
- Aquí, el líder debe de inculcar las tres D: Dirección, para que la persona pueda establecer sus objetivos; Desarrollo, el proceso de aprendizaje mismo para alcanzar dichas metas; así como Depuración, para eliminar cualquier falta de confianza o temor que pudiera obstruir el proceso.
Coaching enfocado a la resolución de problemas
- Similar al coaching democrático, aquí el líder funciona como un guía en un camino para que la persona mejore por sí misma. Se debe incitar a la introspección y a que tu colaborador entienda a dónde debe llegar, cómo lo va a hacer y por qué quiere alcanzar esas metas.
Coaching holístico
- Aunque es una técnica que se utiliza más a nivel personal, también puedes adaptarla a tu consultorio. Aquí, se debe suponer que todos los aspectos de la vida de tu colaborador influyen en el objetivo que se desea alcanzar, así que debes apoyarlo a sentirse satisfecho con otros elementos de su día a día para sacar el mayor provecho de su trabajo.