La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año alrededor de 112.5 millones de unidades de sangre se recolectan a escala global. No obstante, la mayor parte de estas aportaciones se realizan en países de altos ingresos, por lo que existe una constante escasez en economías en desarrollo. Para solucionar el desabasto, científicos han propuesto transformar artificialmente el tipo sanguíneo de las donaciones.
Durante el 256 Encuentro y Exposición Nacional de la Sociedad Americana de Química (ACS), un grupo de científicos dio a conocer el descubrimiento de un tipo de enzima, proveniente de la microbiota intestinal, capaz de convertir la sangre del tipo sanguíneo A y B al tipo O, de carácter universal y en alta demanda por servicios médicos durante emergencias y desastres.
Al respecto, Stephen Withers, de University of British Columbia (UBC), afirmó que transformar el tipo sanguíneo a universal es una solución que, con las enzimas convencionales ya conocidas, es todavía muy tardado y costoso. Con los microorganismos encontrados por su equipo de trabajo, sin embargo, se podría realizar el proceso hasta 30 veces más rápida y eficazmente.
Hemos estado particularmente interesados en enzimas que nos permitan remover los antígenos A o B de las células rojas en la sangre. Si eliminas estos elementos, que son simples azúcares, puedes convertir estos tipos sanguíneos específicos al tipo universal O.
Withers y sus colaboradores identificaron la enzima a través de un proceso combinado de metagenómica y selección de ADN a través del virus E. coli. Con dicho método, el estudio de laboratorio pudo evitar el tener que crear cultivos individuales para cada microorganismo en la microbiota intestinal. En su lugar, pudieron identificar inmediatamente cuál enzima tenía las mejores condiciones para convertir en universal cualquier tipo sanguíneo.
El futuro inmediato de la investigación será el aliarse con el Centro de Investigación de la Sangre de la UBC para validar la utilización de estas enzimas a gran escala para una prueba clínica. Además, el equipo de Withers pretende utilizar procesos de evolución dirigida que le permitan obtener el microorganismo más eficiente posible para transformar el tipo sanguíneo.