Con base en un reciente estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen 64 millones de personas que padecen de Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), por lo cual diversos científicos se han ocupado de desarrollar diversos tratamientos que ayuden al control de la afección, siendo uno de los más destacados un sensor de presión biodegradable que sería de gran utilidad para el trabajo de los médicos.
En este caso, la innovación fue desarrollada por ingenieros de la Universidad de Connecticut (UC), ubicada en Estados Unidos, quienes emplearon materiales seguros aprobados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y que originalmente fueron desarrollados para suturas quirúrgicas, injertos óseos e implantes médicos, por lo que resulta más seguro que otros sensores de presión implantables existentes que tienen componentes potencialmente tóxicos para los pacientes.
Al respecto, Thanh Duc Nguyen, profesor de Ingeniería Mecánica y Biomédica en la UC, explicó los múltiples beneficios que ofrece el nuevo sensor biodegradable, el cual evita sufrimiento innecesario en el paciente.
Estamos muy entusiasmados porque es la primera vez que se usan estos materiales biocompatibles de esta manera. Los sensores médicos a menudo se implantan directamente en tejidos blandos y órganos, por lo que extraerlos puede causar daños adicionales. Sabíamos que si pudiéramos desarrollar un sensor que no requiriera cirugía para extraerlo, eso sería realmente significativo.
En el aspecto mexicano, el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) afirma que la EPOC cobra la vida de 57 personas al día en nuestro país, por lo que se trata de la cuarta causa de muerte entre mujeres y la quinta en hombres.