Con la llegada del COVID-19, la modalidad de telemedicina se ha establecido de forma definitiva para muchos prestadores de servicios sanitarios. Poco a poco, los profesionales de salud están migrando a plataformas digitales, en especial cuando se trata de consultas de seguimiento de sus pacientes. Además, en los últimos años, se ha desarrollado significativamente el software médico, adaptado a las necesidades actuales.
Por lo que, las nuevas plataformas no sólo se limitan a recabar información respecto a la historia clínica de los pacientes, sino que son sistemas complejos que permiten gestionar funciones administrativas, contables, programar citas, recoger pagos y los más sofisticados, incluso permiten la creación de una página web con la posibilidad de realizar teleconsultas.
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A pesar de que, en general, los softwares médicos cuentan con un buen sistema de seguridad, muchos profesionales no toman en cuenta sus equipos o su conexión a internet pueden presentar vulnerabilidades que comprometen la información clínica de sus pacientes, lo que no sólo atenta contra la ética médica, sino que además puede traer consecuencias médico-legales importantes.
Aunque es recomendable contratar a un equipo de profesionales que se encargue de los aspectos técnicos, todos podemos tomar medidas básicas para reforzar nuestra ciberseguridad, y resguardar la información sensible de nuestros pacientes.
Controla el acceso de tus dispositivos
La mayoría de los programas de software médico permiten gestionar los datos desde múltiples dispositivos, lo que aumenta el riesgo de fuga de datos. Es importante también gestionar contraseñas independientes para cada usuario con niveles de confidencialidad. Esto garantiza que el personal administrativo no tenga acceso a datos personales de la historia clínica de los pacientes.
Instalar un antivirus y cortafuegos eficiente
El malware es una de las mayores amenazas de seguridad que enfrentamos todos en nuestra vida cotidiana. Si a ello le sumamos una nueva modalidad llamada “ransomware” que esconde virus maliciosos que llegan a nuestra bandeja de spam de forma aleatoria, deducimos que debemos tomar medidas más drásticas. Los antivirus gratis no confieren protección real contra ciberataques, es importante comprar un antivirus con anti-spam e instalar firewalls que nos protejan realmente contra amenazas externas.
Utilizar un Red Privada
Al utilizar una red privada virtual (VPN) se crea una especie de túnel entre el punto de entrada y el de salida. Por lo tanto, los datos quedan encriptados y protegidos de amenazas externas. Existen VPN gratuitas o con precios muy accesibles que se pueden instalar, para mantener los datos cifrados en todo momento.
Cuidar las contraseñas
Por comodidad o mala memoria, solemos utilizar las mismas contraseñas en todos nuestros usuarios digitales, por lo que si una persona logra entrar a nuestro correo electrónico o a alguna red social, tiene acceso prácticamente a toda nuestra vida digital. Por ello, es importante crear contraseñas distintas a las que utilizamos en otros lugares.
Tener un respaldo físico
La mayor parte de los ciberataques se realizan con el fin de obtener información sensible de nuestro consultorio, bien sea a nivel administrativo o de la historia clínica de los pacientes; o para boicotear nuestra base de datos. En cualquier caso, la intrusión puede traer consigo la pérdida de información importante. Por lo tanto, es importante contar con un respaldo físico en caso de que este escenario ocurra y tomar rápidamente los correctivos para aumentar la seguridad una vez eliminada la amenaza.
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