En los últimos meses los servicios de salud pública de Chihuahua han sufrido de una significativa crisis operativa. Tan sólo a finales del pasado mes de julio, la Secretaría de Salud federal (SSa) aprobó a su contraparte local (SSCh) el pago de incentivos salariales para motivar a los profesionales médicos a trabajar en zonas rurales de la entidad. No obstante, a menos de un mes de distancia se ha anunciado el cierre de una decena de centros en la capital del estado.
De tal modo, 10 colonias de las ciudad de Chihuahua sufrirán el cierre de sus centros médicos comunitarios a petición del Instituto Chihuahuense de Salud (Ichisal). Como consecuencia de dicha decisión, el personal de estas instalaciones será canalizado a otros puntos de trabajo. De acuerdo con la SSCh, esta decisión se tomó porque no existía una demanda lo suficientemente alta de pacientes como para justificar sus operaciones.
Las colonias que se verían afectadas por el cierre de estos centros de salud son San Rafael, Unidad Proletaria, 3 de Mayo, Esperanza, Unidad, Pavis Borunda, CDP, Palestina, Renovación y Chihuahua 2000. La SSCh afirmó en un comunicado oficial que los ingresos generados a través de estas instalaciones era demasiado pequeña, por lo que sus actividades comenzarán a suspenderse:
De acuerdo a los registros de consulta, se detectó que en algunos centros médicos comunitarios la demanda de atención médica era tan baja que se recibían como máximo solo a dos pacientes por día, lo que no generaba la recuperación económica necesaria para seguir brindando atención.
El Diario reportó que residentes de la colonia San Rafael ya habían presentado hasta 400 firmas para que evitar la suspensión de su centro de salud comunitario en 2017, cuando se empezó a rumorar el cierre de las instalaciones. Afirman que las instalaciones ubicadas en su localidad recibían hasta 30 pacientes diariamente para consultas generales, dentales, farmacéuticas, psicológicas y nutricionales. El lugar también servía para organizar proyectos de activación física.
Los habitantes temen que las unidades queden abandonadas, pues podrían convertirse en focos de delincuencia en sus comunidades. La inseguridad se ha convertido en un importante factor de disrupción en el sistema de salud pública de Chihuahua, ya que el narcotráfico también ha provocado el cierre de algunos centros, particularmente en la zona de la Sierra.