Luego de que a finales del mes de julio se detectó el primer caso de peste porcina en América en más de 40 años. En Yucatán este virus encendió la alerta, pues podría devastar la producción de carne de cerdo.
Caso de peste porcina, un problema para la salud pública
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI). La producción de carne de cerdo en Yucatán asciende a más de 2 millones 200 mil cabezas al año.
Asimismo, la industria porcícola en Yucatán genera 10 mil 215 empleos directos y más de 35 mil indirectos. Y se estima un incremento del 30 por ciento en estos rubros en los próximos dos años.
El temor de las autoridades de sanidad en México radica en que los primeros casos se detectó en República Dominicana, país que exporta a México. Por ello, la enfermedad podría traer al país productos infectados transportados por viajeros internacionales.
¿Qué es la peste porcina?
La peste porcina clásica, también conocida como cólera porcino, es una enfermedad vírica contagiosa de los cerdos domésticos y salvajes. Es causada por un virus del género Pestivirus de la familia Flaviviridae, estrechamente relacionado con los virus causantes de la diarrea viral bovina en los bovinos y de la enfermedad de la frontera en los ovinos.
Hay un solo serotipo del virus de la peste porcina clásica; la enfermedad figuran en la lista del Código Sanitario para los Animales Terrestres de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE) y es de declaración obligatoria a la OIE (Código Sanitario para los Animales Terrestres de la OIE).
Transmisión y propagación
La epidemiología de la peste porcina africana es compleja y varía en función del entorno, el tipo de sistema de producción. La presencia o ausencia de garrapatas vectores de transmisión, el comportamiento humano y la presencia o ausencia de cerdos silvestres.
Las rutas de transmisión pueden incluir:
- Contacto directo con cerdos, domésticos o silvestres, infectados.
- Contacto indirecto, a través de la ingestión de material contaminado (por ejemplo, residuos de alimentos, piensos o desechos).
- Fómites contaminados o vectores biológicos (garrapatas blandas del género Ornithodoros).
Signos clínicos
La forma aguda de la enfermedad se caracteriza por fiebre elevada, depresión, anorexia y pérdida de apetito, hemorragias (enrojecimiento de la piel de las orejas, abdomen y patas), abortos en las cerdas preñadas, cianosis, vómitos, diarrea y muerte al cabo de 6-13 días (o hasta 20 días). La tasa de mortalidad puede llegar al 100%.
Las formas subagudas y crónicas de la enfermedad las causan virus moderados o menos virulentos, que producen signos clínicos menos intensos que se pueden manifestar durante periodos más prolongados.
Las tasas de mortalidad son más bajas, pero pueden oscilar entre el 30 y el 70%. Los síntomas de la enfermedad crónica incluyen pérdida de peso, fiebre intermitente, problemas respiratorios, ulceraciones crónicas de la piel y artritis.
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