Alrededor del mundo se presentan casos médicos de todo tipo. Lo cierto es que la combinación de avances tecnológicos y el alto conocimiento de los profesionales de la salud permiten resultados asombrosos. Como ejemplo se puede relatar lo recién sucedido en República Checa.
En la ciudad de Praga se atendió el embarazo de una mujer que no presentaba mayores complicaciones. Todo parecía que resultaría en uno más de los miles de partos que atienden los médicos del país europeo cada año.
Pero de pronto, todo dio un giro radical cuando la mujer tenía 16 semanas de embarazo y fue hospitalizada de forma repentina. Al realizar una revisión se identificó que tenía una malformación genética que derivó en una hemorragia cerebral. Por desgracia, se trató de un hecho fatal que provocó su muerte cerebral.
Caso médico histórico
En ese momento el feto pesaba 250 gramos. Pero lo sorprendente es que de común acuerdo con los familiares de la mujer ahora fallecida, los médicos se arriesgaron para hacer algo pocas veces visto. Su decisión fue mantener a la paciente con vida de forma artificial hasta el final de la gestación. El objetivo era lograr el nacimiento del bebé en formación.
De acuerdo con los reportes, la criatura transcurrió 117 días en el vientre de su madre muerta hasta que finalmente se decidió realizar el parto vía cesárea.
Lo más sorprendente no sólo es que se trata de un caso exitoso sino que el bebé nació en condiciones óptimas. Al momento del parto tuvo un peso de 2.130 kilos y una altura de 42 centímetros.
Por lo sucedido se considera que es el primer caso de estas características en el mundo. Con esto, los médicos se refieren a que lograron prolongar lo más posible el tiempo del bebé para su desarrollo. Además de que se logró un nacimiento lo más cercano al de un caso común.