- El descendiente suizo de uno de los médicos de Adolf Hitler ha publicado detalles de cartas que muestran cómo trató al dictador nazi por problemas de voz.
- El historiador británico Richard J. Evans, especialista en historia alemana, avaló la autenticidad de las cartas inéditas, dijo el diario.
- Las cartas muestran el miedo de Hitler a una enfermedad grave, dijo el periódico.
El descendiente suizo de uno de los médicos de Adolf Hitler ha publicado detalles de cartas que muestran cómo trató al dictador nazi por problemas de voz, informó el domingo el periódico NZZ am Sonntag.
Hitler fue tratado varias veces por Carl Otto von Eicken, un otorrinolaringólogo alemán, durante 10 años desde 1935, dijo el periódico.
Las cartas del médico a un primo fueron descubiertas por Robert Doepgen, el tataranieto de von Eicken, quien las encontró cuando investigaba archivos familiares para un proyecto escolar. Von Eicken murió en 1960.
El historiador británico Richard J. Evans, especialista en historia alemana, avaló la autenticidad de las cartas inéditas, dijo el diario.
Las cartas muestran el miedo de Hitler a una enfermedad grave, dijo el periódico.
“Si hay algo malo, absolutamente tengo que saberlo”, le dijo Hitler al médico después de su primera consulta en mayo de 1935, según las cartas.
Las cartas también mostraban la importancia que Hitler le daba a su voz
El periódico dijo que las cartas también mostraban la importancia que Hitler le daba a su voz, que usaba en discursos para conseguir apoyo para su régimen.
Una operación para extirpar un pólipo se pospuso hasta después de un discurso, dicen las cartas, cuando von Eicken le advirtió a Hitler que necesitaba descansar la voz después del procedimiento.
En sus cartas, von Eicken nunca cuestionó que trató a un hombre cuyas acciones provocaron la muerte de millones de personas en el Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, dijo el periódico.
El periódico dijo que cuando los interrogadores rusos le preguntaron después de la guerra por qué no mató a Hitler, von Eicken dijo:
“Yo era su médico, no su asesino”.
Hitler se suicidó en un búnker de Berlín en 1945, poco antes del final de la guerra.
Problemas mentales de Adolf Hitler
Por otro lado, antes de que se dieran a conocer las cartas se sabe que, gracias a los informes psicológicos de la CIA citados por David Owen hablan de que “sufría histeria, paranoia, esquizofrenia, tendencias edípicas”, así como sifilofobia (miedo a contaminación de la sangre). Concluyeron que Hitler era “un psicópata neurótico”.
Pero eso no lo convertía en loco. Sabía lo que hacía, sostiene el autor.
Del origen de estos traumas no hay conclusiones. Una autopsia soviética sostuvo que sólo tenía un testículo y eso influyó, otros informes hablan de traumas infantiles.
En sus últimos días perdió el contacto con la realidad, defiende Owen. Hitler estaba muy disminuido físicamente, comenzó a asediarle el Parkinson e incluso consumió cocaína durante el asedio a su búnker.
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