El cáncer ginecológico cobra la vida de cerca de 9 mil mujeres cada año en México¹. Entre este tipo de tumor se encuentran los de cuello uterino, útero y de ovario, siendo el más peligroso el último porque presenta una tasa de mortalidad del 60%¹ debido a que no existe una forma de detectarlo en sus primeras fases.
Con esto en mente, Mass General Brigham destina un presupuesto anual de casi 2 mil millones de dólares a su programa de investigación con el que financia más de 2700 ensayos clínicos. Además tiene una de las principales organizaciones de investigación biomédica del país con varios hospitales de enseñanza afiliados a la Facultad de Medicina de Harvard.
El centro apenas tiene 10 años y ha logrado agilizar la aprobación de 25 fármacos que hoy en día forman parte del cuidado estándar de los pacientes alrededor del mundo. En el caso del cáncer de ovario, existen muchos avances como tratamientos de mantenimiento para después de las quimioterapias, inmunoterapias y un gran aporte a la plataforma de células CAR-T.
Antes del tratamiento, ¿cuál es el origen de los cánceres ginecológicos?
Cada año más de 20 mil mujeres son diagnosticadas con algún tipo de cáncer ginecológico en México, aproximadamente 47% del total de casos de cáncer en mujeres. Identificar oportunamente los síntomas de estas enfermedades es de vital importancia para comenzar con un tratamiento adecuado.
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Para cada tipo de cáncer ginecológico existen síntomas y factores de riesgo muy variados. Por ejemplo, el tumor de útero puede comenzar con sangrados irregulares o abundantes después de la menopausia. Sus factores de riesgo están más vinculados a la hipertensión, diabetes y obesidad.
El cáncer de cuello uterino está relacionado directamente con una infección crónica con el Virus del Papiloma Humano (VPH), por lo que realizarse un papanicolaou periódicamente ayuda a detectarlo en etapas tempranas.
“En el caso del Cáncer de Ovario es más complicado detectarlo en etapas tempranas ya que no existen pruebas para ello. Lo más común es que las personas presenten síntomas de enfermedades gastrointestinales, náuseas, vómito o estreñimiento, esto debido a que la enfermedad ya se encuentra en el intestino grueso o delgado”, comenta la Dra. del Carmen, quien también se desempeña como cirujana de oncología ginecológica.
Uno de los factores de riesgo para desarrollar cáncer de ovario es contar con mutaciones en los genes BRCA 1 y BRCA 2. Además predisponen la aparición de cáncer de mama. Por esta razón, el enfoque de las investigaciones se ha dirigido no solo a investigar tratamientos para los síntomas, sino también en terapias génicas, que modifican la información genética de las células de los pacientes.
La innovación en la lucha contra el cáncer: Terapias génicas y “dirigidas”
“En Mass General Brigham tenemos el compromiso de ofrecer los tratamientos más innovadores existentes. Los diferentes tipos de cáncer se tratan con terapias muy diversas, desde sistémicas, cirugía y quimioterapia, pero siempre estamos enfocados en brindarle a los pacientes el tratamiento más innovador disponible en la actualidad”.
La tendencia es brindar tratamientos más personalizados. Cuando una persona es diagnosticada con cáncer, se le realiza un perfil molecular a los tumores y de acuerdo a esto se le da una terapia específica para estos.
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El futuro de las terapias contra el cáncer está enfocado en cómo alterar el sistema inmunológico del paciente, a través de la plataforma de células CAR-T, para que este sea su primera línea de defensa y cuenten con una armadura más fuerte en su mismo cuerpo.
Otro enfoque en la actualidad es contar con terapias “dirigidas” hacia ciertas mutaciones específicas. Por ejemplo, hoy se cuenta con una terapia de mantenimiento basado en pastillas con inhibidores PARP para pacientes con cáncer de ovario y una mutación específica en sus tumores. Estos inhibidores ayudan a reparar el daño causado al ADN, e impiden que las células cancerosas se reparen, mejorando la progresión de pacientes que recibieron quimioterapias.
De esta forma se evita dar un tratamiento generalizado como la quimioterapia, que puede generar efectos secundarios y ocasionar daños en células sanas.
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