Aunque la lista de enfermedades y padecimientos actuales es demasiado extensa hay algunos que resaltan por su alta incidencia. Uno de los más conocidos es el cáncer que cada año genera más casos en todo el mundo. A raíz de lo anterior es que se considera que hoy es 100 veces más habitual que en el año 2 mil A.C. cuando se han rastreado sus orígenes. Mientras que los más alarmante es que la tendencia se mantiene a la alza en gran parte del planeta.
Problema de salud pública en México
Por su parte, el cáncer colorrectal se encuentra en una posición especial porque es una de las neoplasias que más ha crecido. Con base en los registros del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) ya ocupa el tercer lugar en incidencia dentro de nuestro país.
De acuerdo con la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer, perteneciente a la Organización Mundial de la Salud (OMS), durante el 2020 en se registraron en México 14 mil 901 nuevos casos de cáncer colorrectal. Mientras que en el mismo período ocurrieron más de siete mil muertes. Con esto también se coloca como el segundo más mortal en nuestro país, tan solo por detrás del de mama.
Ante este tipo de circunstancias es que adquiere relevancia el Día Mundial contra el Cáncer Colorrectal que se conmemora cada 31 de marzo. Su objetivo es difundir los métodos de prevención, detección oportuna y tratamientos innovadores que pueden llegar a ofrecer una mejor calidad de vida en los pacientes.
Por su parte, en la actualidad se estima que el 70 por ciento de los casos de este tipo de tumor son diagnosticados cuando la enfermedad ya está en una etapa avanzada. Cuando eso ocurre disminuyen las probabilidades de conseguir la curación en cada caso.
Factores de riesgo
Dado que este tipo de cáncer es regularmente diagnosticado en etapas tardías se busca, en la medida de lo posible, recurrir a la prevención. También en hacer hincapié que algunos de los factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad a desarrollarlo son los siguientes:
- Ser mayor de 50 años.
- Antecedentes familiares con el mismo tumor o pólipos en el colon.
- Afecciones intestinales inflamatorias.
- Síndromes hereditarios como la poliposis adenomatosa familiar y el Síndrome de Lynch.
- Dieta con bajo contenido de fibra y alto contenido en grasas.
- Estilo de vida sedentario.
- Diabetes.
- Obesidad.
- Tabaquismo.
- Alto consumo de alcohol.
Al respecto, el Dr. Max Saráchaga, Director Médico de Amgen México, señala que los principales signos y síntomas de la enfermedad pueden incluir cualquier anormalidad que se presente en las evacuaciones, como presencia de sangre o moco, cólicos o dolor abdominal que no desaparece, debilidad y cansancio, sensación de necesidad de evacuar que persiste después de hacerlo y pérdida de peso inexplicable.
También agregó que la mejor solución contra el cáncer colorrectal siempre será la prevención. Eso incluye exámenes de detección como las pruebas FIT (inmunoquímica fecal), la sigmoidoscopía flexible y la colonoscopía, entre otras. Aunque lo más importante es que prevalezca una comunicación constante entre el médico y el paciente para decidir juntos sobre la prueba más apropiada.
El tratamiento contra el tumor depende de diversos factores clínicos y puede involucrar cirugía, radioterapia, quimioterapia, inmunoterapia y terapia “blanco”. Esta última es parte de un enfoque de medicina personalizada que incluye el análisis del biomarcador del tumor y que mostrará información sobre el funcionamiento y grado de malignidad de éste y si es posible usar terapia blanco o no. Los beneficios de integrar biomarcadores al tratamiento y prescribir medicina personalizada son que evitan someter a los pacientes a la toxicidad innecesaria de un tratamiento poco efectivo.