El año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) calcularon que un mexicano consume, en promedio, 163 litros de refresco cada año. Por otro lado, la tradición cafetera también se encuentra fuertemente arraigada en nuestro país, pues la ingesta de café se estimó en 1.6 kilos per cápita en febrero de este año. Ahora, una sola compañía podría proveer ambas bebidas a todos sus clientes, ya no solo en el territorio nacional sino a nivel global.
Recientemente, Coca-Cola anunció su adquisición de Costa, una de las cadenas de café de mayor éxito en Europa. La operación le costó a la refresquera alrededor de 5 mil 100 millones de dólares y le permite tomar posición de los más de 4 mil establecimientos que tiene la marca en todo el mundo. Con este movimiento, la compañía estadounidense podría empezar a competir contra Starbucks, el rey indiscutible en esta industria.
James Quincey, CEO de Coca Cola, afirmó que esta adquisición representa una oportunidad de oro para tener “un portafolio global en esta importante categoría (el café)”. Además, la empresa podría empezar a enfrentarse directamente contra iniciativas como la de Nestlé y Starbucks (que firmaron recientemente un convenio para vender productos embotellados de ésta última en tiendas) o la de McDonald’s (que con su proyecto de cafeterías quiere atraer a un público distinto).
Aunque Coca-Cola pretende comenzar a expandir sus operaciones dentro de la industria cafetera en Estados Unidos primero, también México podría ser un atractivo punto de arranque. En 2017, los Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura (FIRA) estimaron que en el país el consumo de café aumenta en 2 por ciento cada año. Además, la generación millennial (a solo unos años de convertirse en la generación joven más numerosa con poder adquisitivo generalizado) ha impulsado la creación de conceptos cafetería-librería-oficina sustancialmente.
Una cadena de cafeterías potenciada por el renombre y el alcance de Coca-Cola podría incluso tener efectos determinantes en la salud de la población en general. Cabe recordar una investigación publicada en el British Medical Journal apuntó que un consumo de entre tres y cuatro tasas de café diarias (el consumo promedio de los amantes de la bebida en México, según una encuesta de la Procuraduría Federal del Consumidor) estaba relacionado con una menor incidencia de muerte en general, así como de problemas cardiovasculares, cáncer y otras condiciones metabólicas y del hígado.