Luego de que en junio pasado los ciudadanos británicos se pronunciaran en favor de la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), el llamado Brexit sigue preocupando a las compañías multinacionales que aún se encuentran dentro de su territorio, entre ellas las farmacéuticas japonesas que, según ha señalado la revista FierceBiotech, reorientarían sus trabajos de investigación y desarrollo (I+D) si el máximo órgano regulatorio en temas de salud de la Unión Europea, la Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés), saliera de Reino Unido.
Sobre este tema, las autoridades niponas han advertido que si, pese al Brexit, no se mantiene la actual sede de la EMA en Inglaterra las compañías farmacéuticas derivarían sus presupuestos, pues “el atractivo de Londres como entorno para el desarrollo de fármacos se perdería”.
Desde la votación del Brexit el gobierno japonés ha señalado que trasladar la Agencia Europea del Medicamento a otro estado miembro de la Unión Europea (UE) “podría conducir a un cambio en el flujo de fondos de I+D en la Europa continental”.
Por ello, aunque la mayoría de los efectos “postbrexit” son inciertos (como la salida de médicos ingleses de la península ibérica, el limbo legal en que caerían muchos fármacos británicos y los ajustes financieros en la administración de farmacéuticas, por mencionar algunos ejemplos), es seguro que la salida de la EMA de Londres no será sencilla, pues además de los movimientos que ocasionaría en las áreas de investigación y desarrollo, este asunto actualmente está despertando importante competencia entre miembros de la UE que pugnan por ser su nueva casa.
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