Luego de una cerrada votación realizada en 2016, la sociedad británica decidió separarse de la Unión Europea (proceso conocido como Brexit). Como era de esperarse, la situación ha causado diversas controversias, pues al tratarse de una decisión irreversible, se teme por el alcance de las consecuencias negativas para los habitantes del Reino Unido, particularmente para quienes laboran en el sector salud.
Para tener una idea clara del problema basta con observar los resultados de una encuesta realizada por la Revista de Epidemiología y Salud Comunitaria del Reino Unido, la cual realizó un sondeo entre mil 172 médicos ingleses para conocer su opinión en torno al panorama que se vislumbra a partir de la entrada en vigor del Brexit, el cual iniciará el 30 de marzo del próximo año.
De los encuestados, el 80 por ciento aseguró temer por su futuro y el del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS), pues consideran que se trató de una mala decisión que afectará tanto a la población como a los médicos.
En ese sentido, algo a considerar es que el 21.1 por ciento de los médicos que laboran en el Reino Unido son extranjeros o se formaron fuera de la Gran Bretaña, por lo que muchos de ellos no podrán continuar laborando cuando inicie el Brexit, lo que provocaría un déficit de galenos en la isla y saturaría los hospitales y las unidades de salud.
De igual manera, otra investigación previa reveló que el Brexit podría retrasar hasta 2 años la introducción de nuevos fármacos en el Reino Unido, lo cual representaría un severo golpe para la población en general.