Uno de los objetivos de los médicos es conocer de manera precisa el diagnóstico de un paciente, a través de los síntomas y dolencias que éste presenta.
En la mayoría de las ocasiones el diagnóstico oportuno es muy importante para salvar la vida de una persona. Con esto en mente, en la célebre serie Black Mirror sus creadores se han hecho una pregunta: ¿Qué pasaría si el médico tuviera la capacidad de sentir en sí mismo el dolor que padecen los pacientes pero sin sufrir las consecuencias físicas?
Este es el dilema que presenta Rolo Haynes (Douglas Hodge), dueño de un museo de los horrores, que narra distintas historias. Y es una de ellas en donde el capítulo nos muestra cómo un implante cerebral permitiría al médico sentir las sensaciones físicas del paciente a través de un casco cerebral.
El protagonista de esta narración es el médico Peter Dawson, un especialista en urgencias, quien tras recibir dicho implante, tendrá la capacidad de sentir el dolor y la desesperación de sus pacientes, por lo que será capaz de realizar un diagnóstico más certero.
De acuerdo con este capítulo de la serie Black Mirror, parece que a la medicina le espera un futuro revolucionario, sin embargo, el programa cuestiona si vale la pena que el médico Dawson padezca toda una vida llena de dolor, lo que lleva a reflexionar sobre la ética y hasta dónde podrían llegar los limites de la medicina.
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