La biometría es el estudio de métodos automáticos para el reconocimiento único de humanos basados en uno o más rasgos físicos o conductuales intrínsecos del individuo. Esta es la ciencia que casi siempre se ve en películas de acción cuando alguien debe identificarse a través de la retina o de la palma de su mano.
Gracias a los constantes avances tecnológicos, la biometría ha llegado a empresas que en la actualidad están trabajando en programas que permitan realizar una compra o un pago a través de huellas dactilares, una selfie o latidos del corazón, para facilitar el proceso y evitar las múltiples claves.
Esta técnica ha llegado también al campo de la medicina donde se podrá implementar para darle una mejor atención al paciente y evitar errores que pueden resultar fatales.
Gracias a que cada persona cuenta con rasgos biométricos únicos, estos pueden ser utilizados para identificar al paciente de forma inequívoca. De esta manera, el historial médico de cada uno puede estar asociado a sus rasgos biométricos, lo que le permitirá a los médicos acceder a los datos aún cuando se encuentre inconsciente.
Según un análisis realizado en 2010 sobre el Sistema de salud de la Administración de Veteranos de EE. UU., la identificación incorrecta de los pacientes fue la causa principal del 72 por ciento de los accidentes imprevistos derivados de la asistencia en salud (y no de la enfermedad) ocurridos durante ese año; es decir, fue la causa fundamental por la cual se realizaron diagnósticos erróneos, se administró la medicación equivocada, se realizaron transfusiones, procedimientos y tratamiento no indicados, o pruebas invasivas y no invasivas que no eran necesarias, entre otros fallos.
Además ésta precisa identificación resultará ventajosa para los hospitales, pues reducirá costos al evitar fraudes por robo de identidad, un serio problema que, tan sólo en Estados Unidos, representó en el 2016 una pérdida de entre 75 y 250 mil millones de dólares, de acuerdo a estimaciones del FBI
Según los desarrolladores esta tecnología estará almacenada con alta seguridad y permitirá el acceso sólo a un grupo selecto de personas con identidad autenticada a través de sus rasgos biométricos.
A pesar de estas ventajas existen especialistas que aseguran que esta tecnología puede generar más problemas que soluciones.
Si los hackers encuentran la manera de simular la huella digital de un paciente, tendrían acceso a toda su información sanitaria protegida. A diferencia de una contraseña, que se puede cambiar rápidamente en caso de robo, la huella dactilar de una persona no puede ser alterada, señala Jess White, especialista en ciencia y tecnología.