Desde hace varios años ya el mes de octubre ha sido establecido como el mes para crear conciencia en torno al cáncer de mama, padecimiento que, de acuerdo con el Instituto Nacional de Cancerología, diariamente cobra la vida de 15 mujeres únicamente en México.
Si bien para muchos de quienes se dedican a la medicina la lucha contra el cáncer (no únicamente el de seno) es una batalla de todos los días, la realidad de las cosas es que para la gran mayoría de tus pacientes esta lucha sólo existe durante el mes de octubre y eso porque es prácticamente imposible de ignorar ante la omnipresencia del color rosa tanto en el deporte, como en la publicidad y los productos que compramos a diario.
Desafortunadamente (o afortunadamente, según se quiera ver) la gran mayoría de los mexicanos tendemos a ignorar los problemas que nos rodean en tanto no se conviertan en “nuestro problema” y con el cáncer de mama sucede lo mismo. Y es que aún cuando muchos podamos comprender la gravedad de este asunto, poco o nada hacemos al respecto… salvo cuando ya es demasiado tarde, mucho menos en el caso de los hombres.
Como hombre estoy consciente de que no necesito ser mujer para ser afectado por el cáncer de mama, sin embargo, hasta el momento no he tomado ninguna precaución para evitarlo… vamos, ni siquiera conozco los factores de riesgo que me podrían convertir en un hombre susceptible de padecerlo. Como bien dice el dicho, “la ignorancia es una bendición”.
Pero ni siquiera se trata de mí o saber si me encuentro en riesgo de padecer esta enfermedad, tengo hermanas, tengo primas, tengo madre, tías, novia y un sinfín de mujeres en mi vida quienes seguramente se encuentran en mayor riesgo de padecer esta enfermedad que yo y a quienes rara vez he visto tomar acción en contra de la misma.
Es decir, estoy consciente de que los “likes” en Facebook no curan enfermedades (a pesar de lo que muchos post pudieran hacernos creer), pero si se toman el tiempo para subir fotos o videos sobre perritos o gatos que se dan en adopción o memes sobre cuánto odian los lunes, por qué ninguna de ellas se toma el tiempo para invitar al resto de sus contactos a realizarse un chequeo o a platicar sobre su experiencia, ¿será por pena o simplemente porque ninguna de ellas lo hace?
Ciertamente como médicos parte de la solución se encuentra en ustedes, aunque sólo en la misma medida que sucede con la resistencia microbiana, problema que ustedes comprenden de sobra y que han sido incapaces de hacernos entender a nosotros los pacientes, quizás esa sería la única culpa del gremio médico en este caso… si es que acaso tienen alguna.