En nuestros tiempos, la medicina se ha visto influenciada por los continuos avances técnicos y científicos que deben ser tenidos en cuenta, dentro de su correcta actuación para el bienestar del personal de la salud.
El médico, está enfrentado siempre a expectativas propias y ajenas que se integran a su actividad profesional, para brindar un servicio integral a la comunidad. La medicina se ha idealizado convirtiéndola en un poder científico y tecnológico ilimitado con el que se pueden solucionar cualquier problema de salud y mantienen creencias y exigencias inadecuadas sobre la responsabilidad médica, que además de tener que acreditar conocimientos y competencias, debe contar con recursos psicosociales que le permitan mantener una comunicación efectiva con pacientes y familiares.
Todo lo anterior ha cambiado las condiciones del entorno laboral del personal de salud, de forma que el trabajo médico debe velar además por la satisfacción del usuario en criterios de calidad y excelencia, la incorporación de modelos de gestión eficientes, las relaciones públicas y la interacción, la carga laboral, etc.
El manejo y el control de todos los factores que están relacionado directamente con riesgos psicosociales del trabajo como lo son el desgaste profesional, el estrés, el acoso laboral, son riesgos que están relacionados también con el desarrollo de la profesión médica y como consecuencia, las alteraciones psicosomáticas que se derivan de ellas y que pueden afectarlos en su salud física y mental.
Los profesionales médicos están en mayor riesgo, que el resto de la población, de enfrentar problemas con el alcoholismo, drogadicción, trastornos psiquiátricos, depresión, suicidio, además, con una incidencia mayor. Las características del trabajo médico, tales como el contacto diario con el dolor de los pacientes y el sufrimiento de sus familiares, la responsabilidad que tienen sobre la salud de otros, las largas jornadas laborales, la presión de la urgencia y la emergencia, se relacionan de forma directa con síntomas que repercuten en la salud del médico y en la calidad de su servicio.
Debido a los conocimientos y los conceptos erróneos que se crean en torno al profesional médico, se tiende a trivializar y a no dar importancia a los trastornos y síntomas que se presentan, dejando de lado su propio bienestar.
El bienestar del médico influye de manera directa en la atención del paciente. Por tanto, es deber de todos, instar y apoyar la implementación de políticas y prácticas que velen y promuevan la salud del personal médico.
Los estudiantes de medicina y los médicos, en todas las etapas de su carrera, están expuestos a factores estresantes y son los primeros llamados a revisar e identificar esos factores, para minimizarlos y controlar de manera efectiva los efectos que pueden tener sobre su salud y su bienestar. Para que puedan cumplir con los compromisos profesionales, personales y familiares que requieren su atención.
Una de las principales razones por las que los médicos tardan en buscar ayuda, es la preocupación y el sentimiento de responsabilidad para con sus pacientes, además, el cambio de rol les genera múltiples incomodidades. Uno de los mayores atributos del profesional médico es el fuerte sentido del deber. Su alto grado de respeto y responsabilidad con la comunidad, contribuye a que le dé mayor prioridad a la atención de otros que a ellos mismos, evitando sentimientos de culpa al ocuparse de su propio bienestar.
Una mejor promoción del bienestar del personal médico, incluye estrategias de prevención e intervenciones tempranas, para mitigar la gravedad de las enfermedades físicas y mentales que los afectan.
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