12 horas de operación no fueron suficiente para que un bebé asiático se librara de los grilletes que cada vez más lo acercaban a la muerte. El hecho fue reportado en un importante hospital en la comunidad de Bombay (Mumbai), en la India, y se identificó como una de las anécdotas más destacadas para el equipo de especialistas que trataron el caso.

Testimonio preliminar

Un bebé de apenas 45 días de nacido comenzó a presentar un cuadro clínico que la madre reconoció como tristeza y rechazo en el apetito. El hecho se magnificó cuando el pequeño, señala la madre, vomitó lo ingerido durante la hora de la comida y ” se desvaneció”.

De inmediato la bebé de nombre Vididha, fue llevada a las instalaciones de un centro de salud local, donde le recomendaron que fuera los más pronto posible a un hospital de alta especialidad para atender el caso del bebé, cuyos latidos eran inestables y cada vez más débiles.

Transposición de Grandes Arterias

Un equipo de especialistas recibió a la pequeña en la sala de urgencias médicas del BJ Wadia Hospital en Mumbai, quienes luego de las evaluaciones pertinentes diagnosticaron a la joven con un importante defecto cardiaco congénito denominado: Transposición de las grandes arterias.

Con todo esto, la joven Vididha fue intervenida quirúrgicamente por el personal del área de Pediatría para corregir el defecto y observar la mejoría del corazón. En efecto, así fue. Luego de la operación el corazón de la paciente mejoró considerablemente, sin embargo, lo que sucedería después, es una de las complicaciones más comunes y letales de no tratarse a tiempo.

6 infartos de forma consecutiva

El doctor Biswa Panda, cirujano cardíaco pediátrico del Hospital Wadia, que llevó a cabo la operación el pasado 14 de marzo, explicó que todo había salido bien con el corazón. Que, de hecho, con la pequeña Viddifha, se encontraba frente a “corazón normal”.

Después de la compleja cirugía, su función cardiaca había mejorado, pero sus pulmones no lo hicieron y, al contrario, se comportaban cada vez más débiles. La concentración de oxigeno era apenas una tercera parte de lo normal.

El médico explicó que se encontraba en el día 51 después de la cirugía cuando el paciente entró en un estado donde sufrió seis infartos, derivado de ese desequilibrio. Y que se tuvo que ejecutar una labor de activación cardiaca que duró aproximadamente 15 minutos, luego de cada episodio.

El hospital tuvo que usar un ventilador de alta frecuencia oscilatoria para estabilizar sus pulmones. Sin embargo y gracias a esa operación impulsada por el hospital, la joven se encuentra próxima a ser dada de alta del centro de salud.

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