El autoconsumo de medicamentos por parte de los profesionales de la salud, está asociado a factores que tienen que ver con el conocimiento y el acceso a los medicamentos, lo que infiere que, frente a una dolencia, enfermedad o afección es más fácil recurrir a los conocimientos y saberes personales que a una consulta con el especialista. Esta actitud desemboca en el consumo de medicamentos sin prescripción.
Es explicable la conducta de los profesionales frente al autoconsumo de medicamentos, ya que está influenciada por la repetición de indicaciones que hacen de los medicamentos, en función de sus actividades laborales diarias. Al igual que el acceso que tienen los profesionales a las muestras médicas dejadas por los visitadores de laboratorios, así como la relación de confianza que se establece entre colegas, facilitando el conocimiento de patologías, tratamientos y los medicamentos.
Si bien, para los profesionales y en general el personal de salud, tienen una base teórica bien fundamentada sobre los medicamentos, lo que no está exento de riesgos, que se da por la confianza que el profesional tiene en sus conocimientos, y que puede ocasionar daños colaterales si no se toman todas las precauciones.
En este sentido, la Organización Mundial de la Salud (OMS) propone establecer lineamientos dirigidos a mejorar y sensibilizar la comunicación del personal médico. Es necesario que la política farmacéutica se enfoque en asegurar medicamentos de alta calidad y en crear estrategias para el fomento del uso racional de los mismos.
Es muy importante que se unan fuerzas dirigidas a tomar acciones amplias, con objetivos concretos y dirigidos a la población médica en general. El consumo de medicamentos sin prescripción médica o la modificación en el tiempo de administración, frecuencia y dosis, constituye un problema de salud pública, sobretodo en nuestro país.
La automedicación se ha convertido en un problema en aumento para la salud pública colombiana, que puede dañar la salud individual, familiar y colectiva. Y que genera una mayor preocupación cuando el tema toca a los profesionales de la salud. [1]
La automedicación trae consigo consecuencias, entre las que se encuentran las reacciones adversas, el aumento de la resistencia bacteriana, entre otras. A pesar de que sea el conocimiento personal del profesional, el que indique cuál medicamento consumir, se debe tenerse en cuenta que son necesarias ayudas diagnósticas y la suma de otros síntomas a los que puede no prestarse atención, por la premura para aminorar los síntomas.
Los riesgos que conlleva la automedicación son relevantes y pueden traer grandes consecuencias si no se le da la importancia debida, especialmente en un país como Colombia, en donde la venta de medicamentos sin receta se ha convertido en una costumbre.
En el medio de la salud, la prevalencia de la automedicación y otros factores asociados como el consumo de alcohol y tabaco, que también inciden en la práctica de la automedicación, se espera el fomento de una cultura que garantice la salud del personal médico, sus actividades y el impecable desempeño del ejercicio de la profesión.
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