Hemos hablado mucho sobre las redes sociales y el impacto que, actualmente, tienen en el mundo y que ha tomado un papel muy relevante en la industria farmacéutica. Añadido a esto, se ha hablado de las ventajas y de saber aprovecharlas para crear contenido de valor, pero ¿qué pasa cuándo la desinformación llega a niveles más altos?
Lo primero que debemos reafirmar es que, sin duda, las redes sociales siempre han tenido oscilación entre lo que pasa realmente y la ficción, existe mucha información editada, cuentas que se encargan de desacreditar o cambiar las situaciones a través de una publicación y esto desafortunadamente tiene un alcance con impacto negativo.
Un ejemplo claro es que, la crisis ante el COVID-19 ha tenido muchísima desinformación a un primer plano y causa incertidumbre en la sociedad a niveles que no podemos explicarnos. Es importante resaltar que nos enfrentamos a noticias que cambian el panorama e incluso el modo de vivir de las personas, es por ello por lo que las “noticias falsas” deben ser desechadas y, nuevamente, nuestra labor como pertenecientes a la industria de la salud, nos hace responsables de enfocar y destacar la verdad en cuanto a la verdadera situación de salud a nivel mundial durante la pandemia que seguimos viviendo.
A partir de febrero de 2020, las menciones de noticias falsas, información errónea y teorías de conspiración aumentaron drásticamente a nivel mundial y el aumento de casos por COVID-19 también creó mucha desinformación que la gente necesitaba tener, pero dado que no existían fuentes confiables o cercanas o los datos proporcionados por los gobiernos no eran fiables, tuvo como consecuencia que muchas de las personas que conocen el mundo digital, buscaron por ellos mismos y decidieron compartir estas teorías y noticias que no son verídicas.
Cabe destacar que México es el segundo país con más noticias falsas sobre el COVID-19 y en la siguiente imagen, se observa el porcentaje de población que ha encontrado información falsa:
Como puede observarse, los medios por los que más se difunde información falsa son: Redes sociales, aplicaciones de mensajería y personas que comparten esta información, mientras que el menor porcentaje se encuentra en profesionales de la salud.
Finalmente, ¿qué es lo más importante?
CONOCER LOS HECHOS y no los rumores, ya que son los hechos lo que nos ayudan a minimizar los miedos. Así que, antes de crear publicaciones o compartir información falsa, debemos asegurarnos hasta 3 veces de que lo que estamos mostrando, es verídico, para así CREAR CONSCIENCIA, NO MIEDO.
Y esta última parte, al darnos cuenta de que nuestra información compete y es verídica, podemos tener mayor alcance y seguir brindando a los pacientes y población en general, lo que se debido para su tranquilidad, mejora y cuidado de salud.
Fuentes:
Talkwalker.
Hubspot.
Statista.