Desde el año pasado, con motivo de las elecciones federales, la clase política mexicana ha aprovechado para realizar una serie de promesas. Dentro del ámbito de la salud existen varias que lucen esperanzadoras aunque todavía no se han cumplido. Pero también se debe mencionar que existen temas que parece nadie quiere tocar.
Se debe recordar que Jorge Alcocer, titular de la Secretaría de Salud (SSa), afirmó que buscaría un aumento de sueldo para los profesionales de la salud. Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló la importancia de la basificación para todos los trabajadores por honorarios del sector salud. Otra promesa recurrente es que se invertirá en la construcción de nuevos hospitales y mejorar el equipamiento de los ya existentes. Además ya se aprobó el nuevo Plan Nacional de Salud.
Promesas que nadie menciona
Si bien, todo lo anterior sería de gran ayuda, existe un aspecto muy importante que todos han evitado. En este caso se trata del Examen Nacional de Aspirantes a Residencias Médicas (ENARM) y los pocos lugares disponibles. Mientras que cada año se observa un mayor número de jóvenes interesados que se inscriben en la prueba, al final muy pocos logran un lugar.
Para entender de mejor forma el crecimiento exponencial que ha tenido el ENARM, en 2012 se presentaron 25 mil 312 aspirantes y existieron 6 mil 955 lugares disponibles. Para el 2016 la cifra aumentó a 34 mil 874 registros y sólo 7 mil 772 pudieron acceder a una residencia médica. A su vez, en el 2018 se registraron 46 mil 200 jóvenes, pero sólo 9 mil fueron aceptados.
Es claro que existe un interés real de los aspirantes por estudiar una especialidad, pero por desgracia los lugares son bastante limitados. Ante esto, algunos señalan que se trata de la prueba más competida de México.
Finalmente, no sólo se trata de prometer y tener buenas intensiones sino de realizar las cosas. El problema de la falta de especialistas médicos en México inicia desde el momento en que muy pocos pueden obtener un lugar.