Durante este 5 de mayo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo un anuncio histórico. De manera pública declaró su intensión de suspender las patentes de las vacunas actuales contra la Covid-19 mientras dure la pandemia. La exención de propiedad intelectual implica que cada territorio pueda fabricar sus propias inmunizaciones a partir de las fórmulas originales desarrolladas por las farmacéuticas. Con esto se contaría de inmediato con una gran cantidad de dosis disponibles para su aplicación inmediata.
These extraordinary times and circumstances of call for extraordinary measures.
The US supports the waiver of IP protections on COVID-19 vaccines to help end the pandemic and we’ll actively participate in @WTO negotiations to make that happen. pic.twitter.com/96ERlboZS8
— Ambassador Katherine Tai (@AmbassadorTai) May 5, 2021
Al poco tiempo otros gobiernos de potencias mundiales se han pronunciado sobre la idea. El primero en comentar sobre el tema fue Emmanuel Macron, presidente de Francia, quien dijo estar a favor de liberar las patentes, al igual que Valdimir Putin de Rusia. Mientras que Angela Merkel de Alemania declaró estar en contra de esta propuesta.
En el caso de las farmacéuticas apenas algunas han hecho pública su postura sobre un tema tan delicado. El primero en comentar fue Albert Bourla, presidente de Pfizer. Señaló estar en contra de liberar las patentes y recordó que para el desarrollo de cada una de las vacunas se requirieron millones de dólares y años de investigación. En cambio, propuso que lo ideal es acelerar la producción actual para aumentar los cargamentos disponibles.
Aspectos positivos
Lo cierto es que se trata de una propuesta arriesgada que merece un profundo análisis. Por una parte, dentro de los beneficios naturales es que se contaría con más dosis disponibles a corto plazo. De esta manera los países menos avanzados serían los principales beneficiados.
A la fecha existen más de un centenar de naciones que todavía no han recibido al menos una dosis porque carecen de solvencia económica para la adquisición de los biológicos. Eso representa un problema mundial y deja a toda la población global expuesta.
Aspectos negativos
Por otra parte, dentro de la parte negativa de la propuesta se encuentra el riesgo inminente a la falsificación de vacunas. El hecho de que cualquiera pueda fabricar sus propios insumos puede llegar a ser contraproducente y aumentaría el riesgo a la comercialización de inmunizaciones apócrifas.
En ese sentido, se plantea que ocurriría lo mismo que con los medicamentos. A la fecha la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que el 10 por ciento de los fármacos son falsificados. Además también se corre el riesgo de que las vacunas sean de una menor calidad y eficacia.
Precisamente como una alternativa para evitar este tipo de discusiones es que desde hace meses la OMS estableció el mecanismo Covax. Con este instrumento se busca distribuir las vacunas entre los países más desfavorecidos.
Por lo pronto, ¿tú estás a favor o en contra de la suspensión de patentes de las vacunas?