Como bien sabrás, el asma se trata de un proceso inflamatorio crónico y, como tal, debemos de tratar la inflamación y el espasmo de manera simultánea, y no únicamente cuando se presenta un ataque. La finalidad de ello es prevenir y controlar los síntomas a largo plazo, pues los expertos en la materia sugieren que en realidad el asma nunca desaparece, sino que simplemente cambia con el transcurso de los años.
El asma puede ser comprendido como un arcoiris, ya que sus síntomas son sumamente diversos y no todos presentan sibilancias. Existen pacientes que únicamente presentan tos y nunca son detectados, por ello es necesario indagar un poco más sobre las diferentes manifestaciones de este padecimiento, tales como:
- Tos nocturna más de 2 veces por semana.
- Tos productiva y, a veces, rinorrea cristalina con cambios climáticos.
- Sintomatología predecible en cambios estacionarios.
- Exacerbación de síntomas con actividad física.
Existen pacientes que por el simple hecho de subir las escaleras desencadenan un cuadro de bronco espasmo y tos, la cual es sumamente difícil de controlar, además de presentar dificultades para respirar. Otros pacientes además presentan dolor en el pecho, mismo que ocasionalmente se confunde con un cuadro cardíaco. Incluso hay pacientes a los cuales una simple risa puede terminar por desencadenarles un ataque.
Las causas del asma son diversas, desde hereditarias, pasando por las infecciones virales en la infancia, reflujo gastro-esofágico, sinusitis, alergias, factores ambientales y hasta llegar a las alergias alimenticias.
También es importante considerar que, en la mayoría de las veces, una placa simple de tórax no aporta mucho al diagnóstico, por lo que hay que tener cuidado de efectos cumulativos tomando muchas placas.
Recuerda siempre proporcionar a tus pacientes con un plan de acción, el cual de ser seguido correctamente disminuirá sensiblemente las visitas a urgencias y hospitalizaciones. Además, de ser posible, también es recomendable sugerir el uso de un dispositivo portátil para que el paciente pueda medir él mismo su capacidad pulmonar en casa, lo cual le ayudará a tomar decisiones correctas en cuanto al manejo y uso de sus medicamentos.
Educar y empoderar al paciente para que conozca y comprenda su condición es esencial para obtener óptimos resultados terapéuticos y tener un mejor control de su enfermedad, situación que al final del día derivará en una mejor calidad de vida, al mismo tiempo que reducirá innecesarias visitas a consulta o, incluso, al servicio de urgencias.
Existen varias versiones gratuitas de planes de acción que puedes bajar e imprimir para tus pacientes. La NIH por sus siglas en inglés (National Institute of Health), tiene en mi opinión uno de los mejores formatos para descargar, que aquí te compartimos.
¡A respirar mejor, con todo y contingencias!