Durante una guerra, el trauma ya no se limita al campo de batalla. Los videos violentos y angustiantes en las redes sociales puede dejar una impresión duradera. Así es como los videos de guerra en redes sociales pueden desencadenar trauma.
¿Cómo se pueden evitar, o al menos limitar, las posibles lesiones psicológicas?
La guerra en Ucrania es también una guerra digital. Los movimientos y reportajes de los periodistas sobre el terreno son limitados, y el acceso a la mayoría de las áreas es restringido o imposible. Por lo tanto, mucha de la información que sale de Ucrania es el llamado contenido generado por el usuario o medios de testigos presenciales.
El resultado es que una gran cantidad de material desgarrador llega a las pantallas de los usuarios de las redes sociales de todo el mundo.
¿Qué significa esto para las personas que consumen contenido de la guerra en Ucrania en línea? ¿Cómo se pueden evitar, o al menos limitar, las posibles lesiones psicológicas? ¿Cómo pueden los usuarios mantenerse informados por un lado, mientras protegen su salud mental por el otro?
Así los videos de guerra en redes sociales pueden desencadenar trauma
Trauma secundario
El trauma secundario se refiere a la angustia o los efectos emocionales negativos que resultan de la exposición de segunda mano. En otras palabras: el trauma secundario puede ocurrir cuando una persona se entera de las experiencias traumáticas de primera mano de otra persona, o se expone a material espantoso o angustioso a través de imágenes o videos.
En particular, la exposición repetida a contenido perturbador como los videos de guerra conlleva el riesgo de consecuencias negativas para el bienestar mental. Si es posible, esto debe evitarse.
El estudio de los efectos psicológicos de la exposición a contenido digital angustiante en las redes sociales es un campo de investigación relativamente nuevo. Lo mismo se aplica al estudio de contramedidas efectivas.
“Estate siempre preparado, evita sorpresas y mantente listo para ver material angustiante en cualquier momento mientras te mueves en línea”. Dijo Sam Dubberley, director gerente del Laboratorio de Investigaciones Digitales de Human Rights Watch, y coautor de un informe sobre medios de testigos presenciales y trauma.
Si bien la investigación de Dubberley se ha centrado en el trauma secundario o indirecto en el contexto periodístico y de derechos humanos, algunos de sus hallazgos también pueden servir como consejo para los usuarios comunes de las redes sociales que ven contenido de la guerra en Ucrania.
Dubberly enfatiza: “Sé honesto contigo mismo. Si ves algo angustioso que te afecta, reconócelo. No lo escondas debajo de la alfombra ni finjas que no te afecta si lo hace”.
Todos son diferentes
Es importante recalcar que todos somos diferentes y que las reacciones varían ante situaciones o exposiciones iguales o similares. Además, mucho depende del estado de ánimo que prevalezca en el momento de la exposición.
Alguien que espera contrarrestar material potencialmente perturbador puede levantar la guardia de antemano para prepararse en consecuencia para lo que pueda aparecer en la pantalla.
Además, cada individuo tiene desencadenantes diferentes. Para unos es ver lesiones físicas explícitas, mientras que para otros es la mirada triste o desesperada de un niño.
También es importante tener en cuenta la situación personal. Tener una conexión personal con un evento también juega un papel. No existe una técnica o directriz universal particular que funcione para todos en cada tipo de entorno. Sin embargo, una serie de medidas y actividades pueden ayudar a limitar las consecuencias negativas.
Limitar el impacto negativo en el bienestar mental
Estar preparado para encontrarse potencialmente con material inquietante o angustiante al desplazarse por una fuente de noticias es una estrategia importante. Durante una guerra fuertemente documentada, una foto o un videos de guerra horrible podría mostrarse en la pantalla en cualquier momento.
No se debe subestimar el poder de los sonidos, y se recomienda a los usuarios de las redes sociales que apaguen el audio en sus noticias.
A aquellos que se ven afectados, ya sea mental o emocionalmente, se les insta a buscar “signos inusuales” (como problemas para dormir, pesadillas frecuentes, consumo excesivo de alcohol o drogas, por nombrar solo algunos) y a hablar con otros sobre sus sentimientos. Estos pueden ser familiares, amigos o colegas.
Si estos problemas continúan durante períodos más largos, se debe buscar ayuda profesional, si aún no lo ha hecho.
RECORDEMOS que las guerras producen una gran cantidad de angustia y trauma, no solo para los ucranianos, que se ven directamente afectados. Si bien es importante mantenerse informado, los usuarios de las redes sociales deben estar al tanto de los posibles riesgos que pueden resultar de la exposición a material digital perturbador, donde sea que se encuentren.
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