La violencia en nuestro país continúa con una tendencia a la alza y a diario se presentan lamentables casos por todo el territorio nacional. Además el problema se ha generalizado y no existe una persona que se encuentre exenta de sufrir de este tipo de afectaciones que impactan en la calidad de vida. Lo peor es que las agresiones contra los profesionales de la salud se han vuelto tristemente cotidianas.
La situación mortal más reciente ocurrió en la carretera de Tuxtepec, en Oaxaca. Fue gracias a reportes de automovilistas que circulaban por la zona que se notificó la presencia de un cuerpo sin vida. De inmediato llegó personal de la policía y emergencia para constatar que se trataba de un varón.
Las investigaciones mostraron que se trataba del Dr. Primitivo Rangel Alberto, quien contaba con un consultorio en la zona rural de Jalapa de Díaz en la entidad. De igual forma se confirmó que el cuerpo mostraba heridas por arma de fuego, lo que finalmente provocó la muerte. Hasta el momento se desconoce el motivo del asesinato.
Si bien, en todo el país existe una situación de peligro constante, es en las áreas rurales donde se registran más ataques contra médicos. Al respecto, las autoridades federales no han logrado contener este problema que parece no tener fin.
Ser médico rural, una profesión de alto riesgo
Tan sólo hace unos días el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) autorizó un aumento de sueldo del 15 por ciento para los médicos que laboran en zonas rurales. Aunque se trata de una noticia positiva, en realidad el mayor inconveniente es la inseguridad permanente que se vive en esos lugares. Aunque ahora tengan una mayor retribución económica, lo que más piden los galenos es poder realizar su trabajo sin miedo por la delincuencia y el crimen organizado.
