Dentro de las patologías que puede desarrollar una persona y no tienen cura se encuentra la artritis reumatoide. Apenas a inicios de este año se presentó la primera vacuna experimental que podría ofrecer una solución pero se trata de un proyecto a largo plazo. Por lo mismo, la Fundación Mexicana para Enfermos Reumáticos, A.C. (FUMERAC) busca crear conciencia en la población mexicana. A la fecha esta enfermedad inflamatoria de tipo crónico afecta a más de dos millones de pacientes en nuestro país, principalmente a mujeres entre los 25 y 55 años.
De acuerdo con Hiram Reyes Cordero, presidente de FUMERAC, los padecimientos reumatológicos, como la artritis reumatoide, tienen un elevado impacto en la esfera psicosocial de los pacientes. Por lo tanto es fundamental unir esfuerzos para incrementar el conocimiento de esta patología. Aunque lo más importante es promover el acceso a tratamientos que lleven a la remisión, es decir, el control de los síntomas.
Principales manifestaciones en los pacientes
Con esta premisa destacó que alrededor del 40 por ciento de las personas que desarrollan artritis reumatoide experimentan signos y síntomas que no involucran a las articulaciones. Por ejemplo, se ha registrado que el 38 por ciento de los pacientes con discapacidad funcional a causa de esta enfermedad presentan depresión de moderada a grave.
Por otro lado, apuntó que la rigidez matutina es la señal inicial más frecuente, sobre todo en las articulaciones de manos y pies. Se manifiesta con una notable dificultad de movimiento que, además, va acompañada de cansancio, fiebre, pérdida del apetito y debilidad muscular. Todo esto impide la realización de actividades cotidianas de manera satisfactoria.
La fatiga y el dolor son otros de los síntomas que se experimentan cuando se sufre artritis reumatoide. Hoy en día se sabe que la mayoría de los pacientes tienen dificultades para dormir al menos una noche a la semana. Mientras el dolor es uno de los factores principales que incapacita a nivel físico y psicológico.
Enfermedad sin cura pero que se puede controlar
En este sentido, la Dra. Diana Elsa Flores, médico especialista en medicina interna y reumatología detalló que dado que la artritis reumatoide no tiene cura, el objetivo terapéutico ideal debe ser la remisión. La cual incluye el alivio del dolor y la inflamación, la prevención del daño estructural y, si es posible, la restauración de la capacidad funcional.
“Para poder cumplir con dicha meta, se requiere de mantener el apego al tratamiento y un constante diálogo entre médico – paciente, pues de esta manera es posible identificar las áreas de mejora, hacer ajustes y establecer un abordaje personalizado”.
Para finalizar, la especialista agregó que la calidad de vida del paciente con artritis reumatoide debe ser tomada en cuenta y priorizarse al momento de elegir el tratamiento más adecuado porque además de los signos físicos es importante el estado emocional y psicológico.