Cuando un negocio acaba de iniciar cuenta con relativamente pocas tareas que deben realizarse a lo largo de una jornada regular. Cuando esto ocurre, es común que el propietario opte por hacer una micro-gestión de todos los aspectos de la organización sin que existan mayores complicaciones. No obstante, conforme el número de clientes, empleados, áreas y operaciones aumenta, es necesario aprender a delegar tareas.
En tu consultorio sucede exactamente lo mismo. Eventualmente, vas a tener que asignar parte de tus tareas a los colaboradores de mayor confianza, para poder atender otros asuntos de importancia con la atención que se requiere. No dejes que el proceso de delegar te agarre desprevenido, sigue los siguientes pasos para lograr una transición eficiente.
Decide cuáles tareas estás dispuesto a delegar
- Identifica los procesos que más te interesen y/o que solamente puedas resolver tú. Todo lo demás, incluido lo que no puedes hacer por falta de capacidad o conocimiento, debes encargárselo a tus colaboradores. De otra forma, estás gastando tu tiempo en las cosas incorrectas.
Encuentra la persona correcta
- Si vas a dejar de desempeñar alguna tarea, debes asegurarte que el individuo que asumirá esas responsabilidades es el más adecuado para el trabajo. Elige (o contrata) al colaborador más capacitado y con mayor sentido de responsabilidad, no a quien tenga menos carga diaria.
Confía en la gente a quien eliges
- Si hiciste un buen trabajo al encontrar la persona correcta, deja que tu colaborador desempeñe sus labores como él lo crea mejor. Al delegar, tu principal preocupación debería ser que se cumplan los objetivos en tiempo y forma sin perjudicar al consultorio, no los detalles del proceso.
Sé claro en las responsabilidades que implica el trabajo
- Para asegurar que el producto de delegar sea el esperado sin importar el proceso que elige tu colaborador, explica en justa medida en qué consisten las tareas, qué se espera del producto final, cómo funcionarán los tiempos de entrega y cuáles objetivos hay que cumplir.
No te olvides de asignar también responsabilidades
- El objetivo de delegar es que puedas limpiar tus actividades diarias para trabajar en otros temas de importancia. Cuando un colaborador asuma alguna de tus antiguas funciones, dale también la obligación de coordinarse con subordinados, supervisores y otros agentes relacionados, de lo contrario la diferencia en tu día a día será mínima.