Existen pocos estudios sobre la ansiedad de Zoom, pero una encuesta que contempló a 2000 trabajadores a domicilio descubrió que proviene de varias fuentes.
¿De dónde viene la ansiedad?
Algunas de ellas son tener problemas de tecnología y audio que no se pueden solucionar. No poder leer el lenguaje corporal de las personas; sentir que no te escuchan; tener que atender una llamada sin tiempo para preparar tu aparición; preocuparse por un entorno poco profesional; y ser esuchado en tiempo real.
La buena noticia sobre la ansiedad por Zoom es que existen algunos pasos sencillos que puedes seguir para combatirla según Single Care.
1. Programar descansos
“Lo primero que debes hacer es examinar cuidadosamente tus rutinas y establecer los tiempos para los descansos de las reuniones durante el día y los momentos en los que te desconectas”, dice el Dr. Ivanov. Tomar descansos de mirar una pantalla no solo previene el agotamiento de Zoom, sino que también es importante para nuestra salud física y mental.
2. Comparte tus preocupaciones
La Dra. Yin recomienda ” hablar con otras personas que lo han probado y que también estaban ansiosas”. Porque, como ella señala, “te darás cuenta de que no estás solo y muchos tienen una experiencia similar de ansiedad anticipatoria y alivio y tranquilidad”. Lo cual viene al completar tu primera conferencia exitosa”.
3. Capacítate
Si te sientes inseguro acerca de tu capacidad para navegar por esta forma de comunicación, pide ayuda. Quizá tu empresa pueda ofrecer algunos videos de capacitación o una llamada telefónica con un representante de Zoom que puede explicar cómo usar la plataforma. Cuando te sientas seguro de tu capacidad para utilizar el programa, el estrés comenzará a remitir.
4. Establece límites
Además, el Dr. Yin dice que está perfectamente bien mencionar sus preferencias de Zoom a sus colegas, como usar la función de audio sin el video. “La mayoría de las veces el audio es todo lo que se necesita. A menos que seas el presentador, el anfitrión o estés mostrando imágenes a todos los participantes. Por lo que las personas que asisten no necesitan tener sus cámaras encendidas”.
Las videoconferencias de Zoom se han convertido en una herramienta valiosa en estos tiempos de distanciamiento social, pero es importante recordar que no vamos a tener que depender de ellas para siempre. Tomar medidas simples puede ayudar a reducir la fatiga de Zoom y la ansiedad que pueden causar.
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