El aneurisma aórtico abdominal representa un problema de salud pública en México; sin embargo, es un padecimiento poco conocido. La consecuencia es que la mayoría de la población no sabe en qué consiste, sus síntomas o factores de riesgo.
Tan sólo para entender su impacto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que provoca más de 175 mil decesos al año a nivel global. La cifra es demasiado elevada y se mantiene a la alza.
¿Qué es el aneurisma aórtico abdominal?
El aneurisma aórtico abdominal es una dilatación anormal en la parte baja de la arteria principal del cuerpo llamada aorta. Las personas más expuestas son las mayores de 60 años y además suele ser ligeramente más común en hombres que en mujeres.
“Ocurre cuando las paredes de la aorta se debilitan, provocando un ensanchamiento o abultamiento, el cual si no es identificado a tiempo puede romperse, causando una hemorragia interna grave con consecuencias fatales”, expresó el Dr. Enrique López Ochoa Angiólogo y Cirujano Vascular del Centro Médico Dr. Ignacio Chávez en Hermosillo, Sonora.
¿Cuáles son los síntomas del aneurisma aórtico abdominal?
A menudo es un problema que se desarrolla sin causar síntomas notorios, lo que dificulta su detección temprana. De hecho, hasta el 75% de los pacientes no experimentan molestias al inicio; sin embargo, a medida que se expande sí causa incomodidades.
Síntomas no específicos (aneurisma pequeño o en crecimiento lento)
- Dolor sordo y constante en el abdomen: Este dolor puede ser difícil de localizar y a menudo se describe como una sensación profunda o punzante.
- Dolor de espalda: Similar al dolor abdominal, puede ser constante y sordo.
- Sensación de latido en el abdomen: Algunas personas describen sentir un pulso fuerte cerca del ombligo.
- Dolor leve en el costado del abdomen.
Síntomas de ruptura o fuga (emergencia médica)
Si el aneurisma se rompe o comienza a tener una fuga, los síntomas aparecen repentinamente y son graves, lo que requiere atención médica inmediata.
- Dolor abdominal intenso y repentino: Este dolor suele ser insoportable, punzante o desgarrador.
- Dolor de espalda intenso y repentino: Similar al dolor abdominal, puede irradiarse hacia la ingle, los glúteos o las piernas.
- Sudoración y piel fría y húmeda.
- Mareos o desmayos.
- Náuseas y vómitos.
- Frecuencia cardíaca rápida.
- Presión arterial baja (shock).
- Debilidad.
- Pérdida del conocimiento.
Ante este panorama es fundamental aumentar el conocimiento y la concientización de este padecimiento silencioso y oculto, promoviendo su detección temprana a través de estudios como el ultrasonido abdominal, especialmente en personas con factores de riesgo como hipertensión arterial, tabaquismo, colesterol elevado, obesidad y aquellos con antecedentes familiares.
“Si bien un aneurisma aórtico abdominal diagnosticado a tiempo puede ser controlado y vigilado a través del control farmacológico de factores de riesgo (como la hipertensión arterial, las dislipidemias y el abandono de hábito tabáquico), dependiendo del tamaño, la velocidad de crecimiento y los síntomas que presente el paciente se puede evaluar la posibilidad de llevar a cabo un procedimiento quirúrgico con el objetivo de prevenir su rotura, complicación que puede comprometer la vida”, expuso el especialista.
¿Qué tratamientos médicos existen para su atención?
Afortunadamente hoy existen tratamientos innovadores de vanguardia, como un procedimiento quirúrgico denominado Reparación Endovascular de Aneurisma Aórtico Abdominal (EVAR).
Se trata de una técnica mínimamente invasiva consistente en la realización de pequeñas incisiones en la ingle para introducir un catéter hasta llegar al aneurisma y cubrirlo con un stent-injerto de alta tecnología, conocido como prótesis Aorfix, capaz de fortalecer la pared arterial, reduciendo el riesgo de ruptura y sangrado, ofreciendo así una solución eficaz y segura para quienes enfrentan esta condición de salud.
Finalmente, el Dr. López Ochoa destacó que la prevención, el diagnóstico oportuno y el acceso a tratamientos avanzados puede marcar una diferencia significativa en el curso de esta enfermedad.