En estos momentos México y el mundo se encuentran frente a un momento decisivo frente a la pandemia. El desarrollo de vacunas y su aplicación masiva han sido descritos como los eventos clave para evitar más muertes y conseguir un eventual regreso a las actividades cotidianas. No significa que todo haya sido resuelto pero como lo ha dicho la Organización Mundial de la Salud (OMS): “la luz al final del túnel cada vez se ve más cercana”.
En el caso de nuestro país, hasta este momento ya se han aplicado más de 2.5 millones de inmunizaciones. De momento los grupos prioritarios son los trabajadores de la salud que se encuentran en la primera línea de batalla y los adultos mayores. Hasta que no se cubra en su totalidad ambos grupos no se podrá avanzar con los demás sectores de la población.
Cómo lograr mejores resultados
Ahora bien, hasta ahora hay cinco tipos de biológico que han sido aprobados por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para su uso de emergencia en México. Aunque cada uno tiene una eficacia distinta también existen algunos aspectos propios de cada persona como la obesidad que pueden empeorar la respuesta. Estas son algunas razones importantes para priorizar hábitos saludables en tus pacientes.
1) La nutrición es clave para la salud inmune. Una alimentación/nutrición adecuada apoya la capacidad del cuerpo para responder a un desafío inmunitario, ya sea la exposición a un nuevo virus o a una nueva vacuna. Una variedad de vitaminas y minerales afectan la condición y el crecimiento de las células inmunes, incluyendo vitamina C, zinc, vitamina D, vitamina A y vitamina E.
La mala alimentación ha sido reconocida como un factor potencial que afecta el deterioro gradual de nuestro sistema inmunológico a medida que envejecemos, haciendo hincapié en la necesidad de priorizar la alimentación saludable a lo largo de la vida.
La nutrióloga Rocío Landa, Gerente Médico de Abbott, señala que “las deficiencias de nutrientes pueden conducir a un sistema inmunitario debilitado y una mayor susceptibilidad a la infección”. Algunos expertos proponen que corregir las deficiencias nutricionales puede atenuar los cambios relacionados con la edad en el sistema inmunitario que contribuyen al aumento de la susceptibilidad y a los peores resultados observados en pacientes con Covid-19 de edad avanzada.
2) El ejercicio mejora la función inmune. La actividad física puede mejorar la salud en general, y la investigación muestra que también puede tener un impacto positivo en nuestra inmunidad. El ejercicio regular se ha relacionado con una mejor respuesta de vacunación en adultos mayores, y los episodios agudos de ejercicio parecen mejorar la respuesta inmune del cuerpo a las vacunas.
3) La desnutrición afecta a muchas personas y puede afectar la respuesta a las vacunas. La desnutrición puede ser invisible a los ojos. Ocurre cuando el cuerpo no obtiene los nutrientes que necesita y puede ocurrir tanto en individuos con bajo peso como con sobrepeso.