Las enfermedades cardiacas, son una de las principales causas de muerte en todo el mundo. Convirtiéndose en un problema de salud pública, que inquieta a la sociedad. Sobre todo, porque el desconocimiento de los síntomas, la falta de prevención y los malos hábitos, se convierten en un riesgo latente que toca a la puerta de los grupos más vulnerables, donde los adultos mayores tienen mayor prevalencia.
Debemos cuidar nuestro corazón para vivir a plenitud
En México, los decesos por enfermedades relacionadas con el corazón sobrepasan las 150.000 personas al año. Enfatizando que las principales causas asociativas son el tabaco, el alcohol, la obesidad, la hipertensión y el sedentarismo. Aumentando considerablemente el riesgo de desarrollar insuficiencias cardiacas, problemas renales o derrames cerebrales, que son altamente incapacitantes. (Unam, s.f.).
El infarto al miocardio, donde los vasos sanguíneos sufren un estrechamiento; los accidentes cerebrovasculares producido por un sangrado intracerebral y la tensión arterial en niveles elevados, son las enfermedades cardiacas más comunes. De igual manera, la angina de pecho, las arritmias y la insuficiencia cardiaca, también están presentes entre la población mundial.
Los síntomas de un ataque cardiaco son variables, pero hay algunos signos, como presión fuerte en el pecho, falta de aire, sudor frio, mareo y fatiga, que se convierten en señales de alarma que no se deben dejar pasar, ya que, un diagnóstico temprano y una atención prioritaria puede salvar vidas.
Las cardiopatías se pueden dar espontáneamente sin avisar, pero por lo general empiezan con un dolor leve, que se repite con el esfuerzo, lo que indica, que debemos acudir a la consulta médica lo más pronto posible. Sin embargo, si cree que está teniendo un paro cardiaco, es mejor llamar a la línea de emergencia inmediatamente y seguir las indicaciones del personal de salud.
Las patologías congénitas del corazón, en la mayoría de los casos son detectadas a edad temprana, si son graves, debido a factores visibles como la cianosis e hinchazón en las extremidades y en abdomen. Además, de la dificultad respiratoria al amamantar. Sin embargo, si el defecto es menos grave, el musculo cardiaco se debilita, mostrando falta de aire al realizar una actividad física en la adolescencia o adultez.
Algunos trabajos indican, que los hábitos saludables disminuyen el riesgo de desarrollar problemas del corazón. Por ello, recomiendan comer sanamente integrando antioxidantes y Probióticos en la alimentación. Adaptar técnicas alternativas que erradiquen la ansiedad y la depresión, como el yoga y la meditación. Estar en movimiento para que la sangre llegue al corazón y al cerebro correctamente, disminuyendo el riesgo cardiovascular. (Thow, Lee, & Graham)
La alimentación baja en sal, el ejercicio físico y la abstención al consumo de tabaco, son piezas claves en la salud cardiovascular. Por eso, el gobierno mexicano se anexa a la campaña Hearts, de la Organización mundial de la salud. Buscando aumentar la cobertura total en salud, a través, del fortaleciendo el sistema y el mejoramiento de las prácticas clínicas. De igual manera, propone desarrollar campañas de prevención y control, que minimicen los riesgos cardiovasculares en la población. (OPS, 2020)