Tras estudiar la carrera de Medicina y prepararte el examen MIR, conseguir ser médico residente es un motivo de alegría para cualquier estudiante de esta disciplina. Tras todo esto, llega el momento de incorporarse al que será tu lugar de trabajo durante varios años. Los primeros días están llenos, sin duda alguna, de entusiasmo y emoción. Así que si te has convertido en médico residente, a continuación te vamos a ofrecer algunos consejos para lograr ser el mejor.
Ten claro que, al igual que ocurre en todas las profesiones, la constancia en el trabajo durante el período de residencia es fundamental. Esto te permitirá completar el proceso formativo iniciado en la universidad y de forma exitosa. Además, hacerlo con ilusión e iniciativa por aprender y hacer cosas marcarán el camino que convierten al médico residente en un buen médico.
Cuando seas médico residente empezarás a poner en práctica todo lo estudiado en los últimos años
Al entrar en el hospital se han adquirido numerosos conocimientos teóricos, pero apenas se tiene contacto con el paciente. Así que al ser médico residente serás una persona en formación que está empezando a poner en práctica todo lo estudiado en los últimos años de tu vida, así que las ganas por seguir aprendiendo no pueden faltar. Tendrás, por tanto, que preguntar cualquier duda que te surja, por insignificante que te parezca y, además, nunca debes dar nada por hecho. Ten en cuenta que la Medicina es un trabajo en equipo, donde es posible aprender de todos y cualquier visión diferente a la propia puede aportar algo.
Una buena forma de asentar los conocimientos adquiridos cada día consiste en repasar los casos clínicos de la jornada, haciendo hincapié en aquellos que han llamado más la atención, que han sido solucionados de una forma diferente a la que se había pensado de forma inicial o que han sido más problemáticos o complicados.
También debes reconocer tus propias fortalezas y debilidades para saber en qué aspectos te debes esforzar y en cuáles (aunque resulten más atractivos o sencillos) se debe insistir menos.
Debes dejar de lado la competitividad adquirida en los años de universidad
Durante el proceso de aprendizaje como médico residente, es recomendable dejar de lado la competitividad adquirida durante los años de universidad/examen MIR, pues lo verdaderamente importante durante la residencia es asentar conocimientos prácticos y, además, hacerlo lo mejor posible. Así que fomentar el compañerismo en el hospital debe ser un objetivo común a conseguir por residentes, adjuntos y especialistas, ya que este genera un clima favorable para el aprendizaje.
Por último, si tienes la oportunidad, realiza rotaciones externas en centros de reconocido prestigio a nivel nacional o internacional, ya que esto, como médico residente te puede aportar una visión diferente a la hora de aplicar técnicas otratamientos.