Es un hecho, Alemania se convierte en el primer país europeo en establecer penas para “biohackers”, una medida que afectaría principalmente a los ingenieros genéticos “amateur” que trabajan desde sus casas con kits biológicos que pueden adquirirse a través de Internet.
Actualmente, el uso de este tipo de recursos se ha extendido gracias que son fáciles de usar fuera de los laboratorios si bien podrían contener bacterias peligrosas como la E.Coli.
Las sanciones consideradas podrían alcanzar los tres años de prisión con multas de hasta 50 mil euros.
A través de un comunicado, la Oficina Federal para la Protección del Consumidor y la Seguridad Alimentaria (BVL) detalló que, “dependiendo del kit biológico, pueden aplicarse las leyes de ingeniería genética”.
La regulación germana establece necesario contar con un permiso específico del Estado y supervisión de seguridad en un laboratorio homologado para trabajar con organismos genéticamente modificados.
Aunque la ley persigue evitar que se lleven a cabo modificaciones genéticas que puedan desembocar en una crisis alimentaria o sanitaria, también podría afectar a estudiantes de ciencias y graduados que pretender realizar experimentos de manera independiente.
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