Agave, por sus propiedades probióticas, antioxidantes y protectoras, podría utilizarse en gastroenterología

La producción de agave es una de las industrias agrícolas más icónicas del país y muy pronto podría servir para mucho más que simplemente producir tequila

Por largo tiempo se han conocido las propiedades benéficas del agave. Ya desde tan temprano como 2017 se había propuesto esta planta para tratar algunos padecimientos. El paso de esta planta por el sector salud apenas comienza. Expertos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) desean aprovechar las propiedades de esta especie para el síndrome del intestino irritable (SII).

A través de un comunicado, el IPN compartió que sus investigadores analizaron las propiedades del Agave tequilana Haw. Específicamente de las agavinas, una sustancia extraída de la planta. Estos elementos tienen una actividad prebiótica, antioxidante y protectora. Los hallazgos son resultado de un proyecto de 5 años de antigüedad del Laboratorio de Microscopía e Imagenología.

Un poco de agave para la salud

De acuerdo con el IPN, el SII afecta a entre 16 y 30 por ciento de la población. Es uno de los trastornos digestivos más comunes de México, en particular entre mujeres menores de 45 años. Debido a sus síntomas, esta condición es una causa líder de ausentismo laboral en el país. Por ello, los investigadores esperan que el agave haga una gran diferencia entre la población.

Brenda Camacho, una de las líderes del grupo de investigadores, aseguró que el hallazgo se logró gracias al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ). El IPN probó los probióticos del agave en pacientes con SII del centro médico. La experta afirmó que los resultados fueron muy alentadores. Es posible que se pueda comercializar esta innovación.

Camacho señaló que todos los pacientes que participaron en la prueba del INCMNSZ presentaron una mejoría. Los primeros resultados se experimentaron 15 días después de la primer ingesta del probiótico de agave. Al mes de consumo, los dolores y la inflamación provocadas por el SII se redujeron. Asimismo, no se reportaron molestias ni otros efectos adversos, como diarrea.